El relevo en el banquillo del Celta no ha alterado demasiado los planes del club en los plazos de planificación del próximo proyecto, a la espera de que Luis Enrique se presente en la ciudad para asumir las riendas del banquillo. Antes de conocerse la rescisión del contrato de Abel Resino, el club ya se había dado unos días para comenzar a planificar la próxima campaña.

El propio Abel viajó el miércoles a Madrid para disfrutar de unos días de vacaciones con la idea de regresar a Vigo este lunes para reunirse con el recientemente renovado director deportivo Miguel Torrecilla y comenzar a tomar decisiones. El primer paso sería dar las bajas de los futbolistas que no van a seguir el próximo curso. Hasta el momento, lo único seguro es que los tres futbolistas cedidos, el surcoreano Park, el croata Pranjic y el noruego Demidov vuelven a sus respectivos clubes de origen y que Aspas, cuyo traspaso al Liverpool se ultima, y Roberto Lago, que el próximo curso jugará en el Getafe, no siguen

De acuerdo con el criterio del nuevo técnico, el club debe decidir igualmente si renueva a alguno de los futbolistas que terminaban contrato: Insa, De Lucas y Bermejo. Los dos primeros tienen complicado continuar mientras que el delantero cántabro tiene el compromiso del presidente de prorrogar un año su contrato tras lesionarse de gravedad a falta de tres jornadas para el final de Liga. El Celta debe tomar también una decisión sobre la portería, es decir, si añade un portero con experiencia (Varas u otro) a sus dos canteranos (Sergio y Yoel) y qué papel va a desempeñar el joven Rubén, es decir, si jugará en el filial o tendrá ya ficha con el primer equipo. Está también en el aire el futuro de jugadores con contrato en vigor que el club tiene la posibilidad de rescindir unilateralmente con el pago de una indemnización, como en el caso de Bellvís, de los jugadores que no han dispuesto apenas de minutos, como Toni, y de los cedidos la pasada temporada a otros equipos (Jota, Bustos, David Rodríguez).

El nuevo técnico y el director deportivo tendrán que comenzar también el diseño de la pretemporada (elección de lugar de concentración y programa de encuentros preparatorios) y, lo más importante, evaluar las necesidades del equipo y la planificación de los fichajes, el gran caballo de batalla, para conseguir un conjunto de garantías con el que consolidar al club en Primera División. En función de las altas y bajas que se produzcan, el número de refuerzos puede oscilar entre un mínimo de seis y un máximo de diez.

El Celta tiene muy claro, en todo caso, que la estructura de cantera debe prevalecer en el primer equipo, es decir, que el club quiere tener al menos un jugador de la cantera para competir en cada puesto. La amplitud del plantel (en las dos últimas campañas se ha preferido manejar plantillas cortas) va a depender también, en buena medida, del criterio del nuevo entrenador.