El Celta continúa de fiesta y con una sonrisa en la boca tras la agónica permanencia conseguida en el último partido ante el Espanyol. Una delegación del club encabezada por el presidente Carlos Mouriño fue recibida ayer por el alcalde de Vigo, Abel Caballero, en las dependencias de la Alcaldía. Junto al máximo mandatario de la entidad céltica también estuvieron el vicepresidente Ricardo Barros, los consejeros Antonio Rosendo y Carmen Avendaño, el director general Antonio Chaves, el entrenador Abel Resino, tres de los capitanes (Oubiña, Vila y Bermejo) y una representación del equipo juvenil.

Tras la recepción, Mouriño realizó una breve intervención en la que no despejó las incógnitas que reinan en el ámbito deportivo, en el que todavía no está confirmada la continuidad de Abel Resino como técnico y de Miguel Torrecilla como director deportivo. El presidente del Celta destacó que comenzarán desde hoy a perfilar la próxima temporada y a tomar decisiones para desbloquear la situación. Asimismo, la complicada temporada vivida en el retorno a Primera División ha puesto sobre aviso al club, que sabe que esto no se puede volver a repetir, por lo que quieren sentar las bases de un proyecto mucho más ambicioso, apoyado en la cantera y en el buen momento económico que vive la entidad.

"La permanencia se ha acogido con entusiasmo y mucha felicidad sobre todo por las perspectivas que teníamos y que nos impulsa a estar todavía más comprometidos con el celtismo para hacer un proyecto la próxima temporada que cause mucho menos sufrimiento", destacó Mouriño, que resaltó lo que "la afición nos ha dado" para conseguir el objetivo.

A pesar de haber certificado la permanencia en Primera, los errores cometidos durante la campaña que acaba de terminar han sido bastantes. Borja Oubiña hace autocrítica y llama a mejorar en varios aspectos para instalarse en una zona más tranquila de la clasificación desde la próxima temporada, apuntando a la responsabilidad que tienen los jugadores.

"Llegó un momento en el que dejamos de competir, pensamos que era fácil y es todo lo contrario, cuando bajas el nivel dejas de ganar, entran dudas y pierdes la identidad, que es lo que nos pasó en la segunda vuelta", comenta el capitán céltico, que reconoció que la plantilla no sabe nada sobre el futuro de Abel Resino y señala que "no podemos ponernos una cortina delante, sino que tenemos que saber que nos hemos salvado pero hemos pasado quince o dieciséis jornadas en descenso".

Mario Bermejo, que está en pleno proceso de recuperación de la rotura del ligamento cruzado anterior y la rotura radial del menisco externo, destacó que su renovación con el Celta todavía no se ha producido, aunque el cántabro está convencido de que no habrá ningún problema y que continuará ligado al club al menos la próxima temporada.

"Aún no he firmado pero espero que no haya ningún problema, es más, estoy convencido de que no lo habrá. No sé si se sellará esta semana pero tengo mucho tiempo este verano, que me lo pasaré en Vigo", indicó Bermejo.

El ariete sigue con la moral por las nubes y espera con ansias que el tiempo corra hasta el mes de noviembre, plazo estimado para verle de nuevo vestido de celeste en un terreno de juego. "Voy con tranquilidad, no queda otra. A mediados de noviembre debería de estar recuperado de la lesión, mucho antes empezaré a trabajar con el equipo si todo va como debe de ir. Estoy con mucho ánimo", afirmó.

El cántabro, que tuvo que vivir desde fuera el último tramo liguero, reconoce que lo pasó muy mal por el sufrimiento pero que, visto lo visto, "nos hemos merecido seguir en Primera a pesar de que se han cometido muchos errores".