Vlado Gudelj ha sido uno de los grandes goleadores de la historia del Celta. El balcánico, que marcó una época en los primeros años noventa, ha desempeñado desde que colgó las botas a finales de esa década diferentes tareas en el Celta: relaciones públicas, comercial, enlace con la afición y, desde hace un par de temporadas, delegado de campo del primer equipo.

El club pensó que una figura tan reconocida y respetada en el fútbol español como Gudelj podía ser un magnífico representante del equipo en los partidos oficiales. Y acertó de pleno. La prueba más palmaria de ello es que Gudelj ha sido premiado por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) como mejor delegado de campo de Primera División. El galardón se lo entregó ayer en Madrid Javier Tebas, presidente de la institución, que ha premiado también al delegado del Barcelona B, Antonio Alonso, como el mejor de Segunda. El delegado céltico, que cumple su segundo año en el cargo, se enteró de la noticia a primera hora de la mañana y, casi sin tiempo, viajó a Madrid para recibir el premio, que otorgan los árbitros.

"Fue una sorpresa total porque es un premio que tiene que pasar algún tiempo para que te den. Y me lo dan al segundo año. Es muy fuerte", confiesa Gudelj, que comparte el galardón "con el resto del equipo y toda la gente que me ha ayudado, como Atilano, los jugadores y, en general, todo el grupo".

El delegado céltico añade que ser alegre y apasionado en el trabajo le ha ayudado a conseguir este reconocimiento. "Uno siempre intenta hacer las cosas lo mejore posible. Independientemente del trabajo que hagas, hay echarle ganas e intentar ser uno mismo. Y yo soy una personal natural", dice. Y remacha: "De todos modos, en fútbol estos premios individuales son un poco de todos. Y tengo que reconocer que los árbitros han tenido un trato muy bueno conmigo. Hay que ayudarles, respetarles y tener una forma de hablarles especial. Creo que esto me ha ayudado bastante".