El buen ojo de Toni Otero permitió que el Celta no dejase escapar a Rubén Blanco a los 11 años, cuando ingresó en la disciplina céltica procedente del Santa Mariña. "Cuando era alevín ya era como ahora, una pasada, ha madurado mucho, desde pequeño se le veían unas condiciones tremendas", reconoce.

El guardameta ha ido quemando etapas muy rápido en su carrera, ya que todavía está en edad juvenil. Para Otero, los años no deberían importar tanto. "Más que la edad, hay que ver si está preparado o no y él lo está", destaca

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El actual coordinador de categorías inferiores habla también del gran trabajo que se ha realizado durante todos estos años no solo con Rubén, sino con todos los equipos de base, que permiten que la primera plantilla se abastezca de muchos jugadores.

"Es un trabajo de club, la apuesta que se está llevando hace que salgan jugadores, uno se siente orgulloso de esto, si esa gente no está ahí, a lo mejor el jugador no llegaría aunque tuviera lo que hay que tener, hay que darle su valor", concluyó Otero.