Javi Varas fue el desgraciado protagonista del partido de ayer. Se lesionó en el minuto 40 de la primera parte al sufrir una luxación de codo que, a falta de las pruebas que se le realizarán hoy, le impedirá estar en el próximo encuentro y despedirse de la que ha sido su afición este año. El sevillano no pudo reprimir las lágrimas cuando acudió a saludar a los aficionados a la conclusión del partido: "Lloro porque me duele no poder despedirme de los aficionados como a mí me gustaría. Me produce una enorme pena quedarme fuera en estos momentos".

El meta andaluz explicaba lo que ha supuesto su etapa en el Celta: "Venía de un año complicado en el Sevilla y en Vigo solo he recibido cariño, estoy encantado con los aficionados y con todo lo que me he encontrado en Vigo. Me he enamorado de la ciuad, del club y de su gente".

Dolido por la situación, y ante su inminente vuelta a Sevilla cuando concluya la cesión de un año, el portero insistía en que "siento una enorme pena por no poder ayudarles el último día. Es algo que en estos momentos me hace mucho daño pero estaré ahí animando y deseando con todas las fuerzas que consigamos la salvación".

El portero destacó el comportamiento del equipo en el campo y de los aficionados fuera de él: "Hemos hecho lo que debíamos y el público no ha dejado de empujarnos. Su comportamiento en este tiempo ha sido impresionante y solo podemos darles las gracias por lo mucho que nos han dado". - insistió una vez más en el discurso que venía utilizando desde la finalización del partido: "Me voy de Vigo como un celtista más, enamorado del club y de su gente y solo me duele no poder estar en el campo".