Como si llevara 200 partidos a cuestas y tuviera 30 años, así se plantó Rubén Blanco en el terreno de juego cuando el infortunio se cebó con Javi Varas, que caía lesionado a falta de cinco minutos para el descanso en una acción con Larsson. El sevillano disputó su último partido con el Celta, ya que sufre una luxación en su codo izquierdo. Hoy se le realizará una resonancia para descartar una lesión mayor.

Según su carnet de identidad, Rubén Blanco será mayor de edad dentro de dos meses pero en realidad ya lo es, un hombre hecho y derecho en un cuerpo de niño, tal y como quedó demostrado en su debut oficial con el primer equipo en un partido en el que el Celta se jugaba la vida. La lesión de Sergio hace dos meses le abrió las puertas. Ante el Athletic en Balaídos, pudo tener sus primeros minutos cuando Varas quedó tendido en el suelo tras chocar con Jonathan Vila pero se repuso. Ayer le tocó y lo hizo todo a la perfección.

No es nada fácil para ningún jugador salir al campo sin calentar, menos para un portero. El breve calentamiento que realizó durante los cinco minutos que Varas fue atendido por los servicios médicos. Los deberes no tardaron en llegarle. Manucho recogió un preciso envío de Víctor Pérez, el angoleño controló y realizó un disparo raso que fue despejado por Rubén, perfectamente colocado en el área pequeña. Un acción en un momento clave, ya que un revés al poco de terminar la primera parte hubiese llenado de nervios a los jugadores del Celta.

Tras el breve paso por los vestuarios, Rubén fue de los primeros en pisar el verde de Zorrilla. Transmitía seguridad en sus movimientos, dejando claro por qué es una de las promesas de la cantera celeste y ha ido quemando fases a pasos agigantados. Cuando recibía el balón y tenía que jugarlo con los pies, Rubén mostraba también mucha tranquilidad y un gran golpeo, buscando siempre al compañero mejor colocado para enviar el pase.

Su momento de gloria llegaría a falta de once minutos para la conclusión, permitiendo a su equipo respirar tranquilo. Un gran centro de Rukavina a Óscar, que enganchó un tremendo cabezazo hacia la cepa del poste se topó con la manopla izquierda de Rubén Blanco en una estirada perfecta, rechazando además el esférico lejos del alcance de los rivales. Cuando el colegiado Estrada Fernández señaló el final del encuentro, Rubén acudió junto a sus compañeros a saludar a la entregada afición del Celta. En ese momento se echó a llorar, víctima de la tensión. Un debut inmejorable.

Rubén debería incorporarse hoy a la concentración de la selección española sub 19 pero el Celta ha hecho gestiones para liberarlo hasta la próxima semana, por lo que en principio el de Mos estarán junto al resto de la plantilla para preparar el decisivo choque ante el Espanyol.