Al Celta le queda vida, tras una jornada en la que casi todo le fue favorable: ganó en Valladolid (0-2) y aprovechó las derrotas del Deportivo y el Zaragoza, así como el empate del Mallorca, para situarse a un triunfo de la salvación cuando resta una jornada para que concluya la Liga, de la que se despidió Varas al romperse un codo.

El conjunto celeste necesita ganar el sábado en Balaídos (21.00 horas) al Espanyol y esperar que el Deportivo empate o pierda en Riazor ante la Real Sociedad, que se juega una plaza para la Liga de Campeones. Solo así podrá mantener la plaza en la máxima categoría que ya daba por perdida. No depende de sí mismo, es verdad, pero ahora únicamente necesita superar a un rival en la clasificación, al Deportivo.

Los célticos fueron los grandes beneficiados de la jornada de ayer, junto a Osasuna, que se aseguró la permanencia al ganar al Sevilla en el Sadar. Viajaban los de Vigo al Nuevo Zorrilla, su campo talismán -donde suman 9 victorias en 17 enfrentamientos-, casi desahuciados, con un 95 por ciento de posibilidades de descender. Incluso una victoria de Osasuna y Deportivo les condenaba a Segunda División aunque ganasen al Valladolid.

Y con casi todo perdido, los de Abel se presentaron al partido de ayer sin la presión de otras muchas tardes en las que dejaron escapar puntos que ahora echan de menos.

Los tres puntos de ayer llegaron con más facilidad de la esperada. A los 55 minutos, el Celta había sentenciado el partido con el gol de Aspas desde el punto de penalti. Es la tercera pena máxima de la temporada a favor de los celestes Antes, en el minuto 27, Cabral había cabeceado a la red un centro de Krohn-Dehli que peinó Augusto en el primer palo para que su compatriota anotase su segundo tanto de la temporada. Con el balón en su poder, los célticos crearon ocasiones de gol y maniataron al rival, que apenas les inquietó.

En medio de toda esa alegría por una victoria que les mantenía vivos en la Liga, llegó la noticia desgraciada de la tarde: Javi Varas sufrió una luxación de codo en una mala caída a cinco minutos para el descanso.

El Celta perdía a su portero titular y se veía obligado a confiar en Rubén Blanco: un joven de Mos que cumplirá 18 años el próximo 25 de julio, que comenzó la temporada en el equipo juvenil de División de Honor, debutó con el filial y la lesión de Sergio Álvarez le llevó al primer equipo. Ayer debutó y el sábado será el portero titular en el partido más importante del año para el conjunto vigués.

En su estreno en la máxima categoría, Rubén realizó dos grandes intervenciones, que dieron tranquilidad al resto de compañeros para dejar sentenciado el partido antes de que se cumpliese la hora de juego.

A pesar de controlar el juego, el Celta tardó 22 minutos en crear la primera ocasión. Fue tras un doble remate, de Krohn-Dehli y de Augusto que un defensa del Valladolid sacó bajo palos. Después de que Aspas mandase alto el balón, Cabral anotaba su segundo tanto de la temporada (minuto 27).

El Valladolid moría a los pies de la zaga céltica y apenas le creó trabajo a Varas, que en el minuto 40 saltó a por la pelota con Larson. El sevillano cayó mal y se rompió el codo. Su sustituto en la portería del Celta tuvo la fortuna de realizar un gran despeje en su primera intervención. Rubén dejaba así su firma en el estreno en la Liga de las Estrellas.

A pesar de los contratiempos, el equipo celeste no le pierde la cara a la competición. Tras el descanso, Djukic realizó un doble cambio con la intención de que su equipo presentase más batalla. Pero el Celta ayer dominaba la situación con buen juego y pudo golear. Porque en el minuto 48, Aspas falló un mano a mano.

A continuación, el moañés se inventó un taconazo que Marc Valiente interceptó con la mano dentro del área. El delantero del Celta anotaba el duodécimo gol de la Liga desde el punto de penalti.

Por una vez, el Celta dejaba sentenciado el partido antes de cumplirse la hora de juego. Pudo ampliar el marcador, pero el árbitro no concedió el gol fantasma de Krohn-Dehli al considerar que el balón había botado fuera de la línea de fondo tras estrellarse en el larguero. Tampoco estuvo acertado Lago en otro mano a mano con el portero del Valladolid. Rubén, por su parte, puso el broche a su debut con otro paradón tras un remate de cabeza de Óscar. Ayer, el Celta logró multiplicar sus opciones de permanencia. Llega muy vivo a la última jornada, donde si gana dependerá de lo que haga su eterno rival en Riazor.