El de ayer ha sido el último partido con la casaca académica para varios miembros de la plantilla, independientemente de lo que suceda con el próximo proyecto. Es más que probablemente el caso de Cacheda. El dezano había dejado abierta la posibilidad de quedarse en caso de conservar la categoría. Siendo uno de los jóvenes talentos más pujantes del balonmano español, sabe que la División de Honor B es una etapa que ya ha pasado.

Pero no habla de eso en la Radio Galega. Siente el descenso como si fuese a quedarse toda la vida en el Octavio. Se incluye en el nosotros futuro. "En el momento es una decisión que se toma", dice sobre la última acción. "Se busca el gol, la permanencia asegurada. Aún no sabemos cómo podemos estar ahora en esta situación. Lo que es seguro es que el año que viene jugamos en División de Honor B. Es una pesadilla. Nadie se lo cree todavía".

Revela las instrucciónes de Quique en el tiempo muerto: "Pide que acabemos la jugada. Una decisión errónea, que puede pasar. Un conjunto de cosas nos llevan a esta derrota en un partido que teníamos medio controlado. No puedo explicar nada. Es un momento caliente, de decepción total".