Demacrado y con seis kilos de menos, Jesús Carballo no puede ocultar las secuelas físicas que le ha dejado la situación vivida tras la denuncia de dos exgimnastas, que lo acusan de haber abusado sexualmente de ellas en los años 80, cuando aún eran menores. Con el caso archivado en dos ocasiones y pendiente de un recurso de las denunciantes ante la Audiencia Provincial, Carballo niega las acusaciones y explica cómo está viviendo los momentos más difíciles de su trayectoria deportiva. Lo hace desde Cangas, a escasos kilómetros de la casa que lo vio nacer, en Tirán (Moaña).

- ¿Cómo se encuentra?

- Fuerte para poder negar rotundamente las difamaciones de las que estoy siendo objeto, pero desgastado, porque esto no lo esperas. Estaba en un punto de mi vida en el que analizaba lo que iba a hacer en el futuro, ser director técnico, programar Madrid 2020 o incluso marcharme.

- ¿Y por qué rompe ahora su silencio?

- Hablo por justicia, para defenderme, porque soy un hombre de bien y aunque sé que voy a ganar, no va a valer de nada porque el daño es irreparable. Es como haber sufrido una amputación.

- ¿Cuándo y cómo se enteró de la noticia?

- Me la comunica en enero el Consejo Superior de Deportes, la que ha sido mi casa durante más de 40 años. Me dicen que hay una denuncia contra mí por atentar contra la libertad sexual. Y me expulsan sin ningún tipo de apoyo y ni siquiera escucharme. No me dejaron ni entrar a las instalaciones a recoger mis cosas ni a buscar a mi hijo, que estaba dentro. No me han juzgado, me han condenado directamente.

- ¿Cómo interpreta el hecho de que el propio CSD haya recurrido el archivo del caso?

- No tengo ni idea de cómo interpretarlo. Solo sé que me han expulsado sin ningún tipo de apoyo y condenado a través de los medios. Se ha primado una declaración a la Policía antes que las dos resoluciones judiciales para archivar el caso, que parece que no le interesan a nadie.

- ¿No cree que el CSD con esa decisión quizás no ha respetado la presunción de inocencia?

- Eso se sale ya de mis conocimientos jurídicos. Solo puedo decir que a mí me han expulsado sin escucharme.

- ¿Qué hay de cierto en las acusaciones de haber abusado sexualmente de Gloria Viseras?

- Son completamente falsas. Tajantemente. Son horribles difamaciones.

- Otra gimnasta, Irene Martínez, también ha comentado que usted intentó "acercamientos sexuales" hacia ella.

- También es rotundamente falso. Yo mantenía una excelente relación con su familia y con ella. Si yo le hubiese hecho algo malo, cuando acabaron los Juegos de Moscú ella no habría seguido cuatro años más conmigo hasta Los Ángeles. Luego se retiró a los 19 años. Vino muchas veces con su familia, comimos juntos y vino a pedirme trabajo, pero yo no tenía posibilidades de concedérselo.

- ¿Y qué relación ha tenido con Viseras a lo largo de estos años?

- Con Gloria preparamos un Mundial y unos Juegos Olímpicos. Luego ella se marchó fuera, entrenó y mantuve correspondencia de forma cordial. Volvió a visitarme con su familia e incluso me invitó a la inauguración de su tienda de deportes. Por eso me ha extrañado esta situación, porque nunca hubo ningún problema.

- Se habla de que esos presuntos abusos se habrían repetido en generaciones posteriores.

- La investigación policial ha dicho que no hay delito alguno. Está en el auto. Y es lo que han corroborado todas las gimnastas que han sido llamadas a declarar. Además, la gimnasia tiene un sentido del equilibrio que es fundamental. Si tu cabeza no está bien no puedes ir a unos Juegos Olímpicos. Este deporte requiere de una concentración absoluta y de la confianza en el entrenador, porque si no, habría ejercicios en los que las deportistas no se tirarían.

- ¿Le hubiese gustado haber tenido la oportunidad de declarar?

- Es que yo no creí que todo iba a derivar en esto. No tengo nada de que defenderme, solo puedo decir que yo no he hecho nada. Ésa es la realidad. Estoy en manos de mis abogados y ellos serán los que tengan que hablar.

- Otra de las acusaciones que se ha vertido es la de un supuesto trato vejatorio hacia sus gimnastas.

- Yo entrenaba al equipo masculino y cogí a las chicas cuando me lo pidió la que era su entrenadora, Nina Korolkova. Y lo que cambié era un sistema violento. Yo implanté un sistema moderno, sin dar un cachete ni nada por el estilo. Y el éxito del mismo es que apliqué la preparación física de la masculina a la femenina. Yo quería dignificar el deporte femenino y así ha sido. Por entonces estaban mis gimnastas y Arantxa Sánchez Vicario. Alcanzamos resultados imposibles de imaginar, y eso no se consigue tratándolas mal.

- También se ha hablado de que alguna de sus gimnastas competía lesionada.

- Eso es falso porque para mí lo primero siempre ha sido la salud de las gimnastas. Nunca he tenido un caso de dopaje o de anorexia porque se cuidaba su alimentación, su descanso, con médicos, fisioterapeutas y psicólogos. Lo segundo era preparar su futuro después de la gimnasia, sus estudios. Y ya en tercer lugar estaban los resultados, las medallas. Y eso es lo que me dio estabilidad en el cargo.

- Se dice también que se pudo haber aprovechado de su ascendencia sobre las gimnastas, de esa admiración que despertaba en ellas.

- Lo que hay es amistad y confianza total en el entrenador. La clave de la gimnasia es esto porque si no tienes confianza en él, cuando hagas un ejercicio de dificultad puedes fallar y hacerte mucho daño. Lo que sí sé es que cuando una niña entraba en una sala de entrenamiento solo viendo si llevaba la coleta un poco más alta o baja yo sabía si ese día podía hacer un ejercicio de dificultad máxima o no.

- ¿Cuál cree que es la verdadera razón que está detrás de esta denuncia?

- Eso tendrán que descubrirlo mis abogados. Tengo cinco hijos, he dado clases en tres colegios, he sido un entrenador y profesor modélico y ahora con 69 años me llega esto.

- ¿Puede ser que la familia Carballo haya monopolizado la gimnasia en España y ahora se sienta que ya molesta?

- La mafia de los Carballo, he oído en algún sitio. En 40 años de trabajo nunca he cogido 15 días de vacaciones y ni un día de baja. He trabajado para cambiar la imagen del deporte femenino en España gracias a las gimnastas, los padres, la Federación y también al CSD. Conseguimos un Centro de Alto Rendimiento y un piso para alojar a las niñas de artística y rítmica, en el que yo no entré en 16 años. Era su espacio privado. Por eso también tenía entrenadoras, para que ellas fuesen las que entrasen en las habitaciones de los hoteles. Y sí, creo que sí me quieren quitar de la gimnasia, apartarme de ella y sin que sea con una medalla y un reconocimiento. Nadie ha sido capaz de conseguir este prestigio durante tantos años.

- En todo caso, el daño ya está hecho.

- Sí, y es irreparable. Es como una amputación. Hay que ser muy fuerte para aguantar.

- ¿Y cómo lo está viviendo su familia?

- (Interviene Almudena San José, su mujer) Lo estamos viviendo muy mal porque son declaraciones muy duras, difamaciones contra una persona que yo sé cómo es. Es muy doloroso, pero confío en que se haga justicia.

- Más delicada aún es la posición de su hijo Jesús, que también es el presidente de la Federación Española de Gimnasia.

- Yo decidí apartarme de la Federación para que no le afectase. Jesús es el presidente de la Federación, es un hombre preparado y elegido democráticamente. La Federación ha admitido que me vaya porque es demasiado stress y no quiero salpicarla.

- En todo caso, también existe un daño colateral importante al mundo de la gimnasia.

- Es un arma de destrucción masiva contra mi persona y mi familia, pero también contra las gimnastas y sus padres. ¿En qué lugar quedan ellos al confiarme a sus hijas? Alguno de ellos ya me lo ha comentado.

- ¿Y cuál va a ser el futuro de Jesús Carballo una vez se acabe todo?

- Primero debe arreglarse todo y después tendré que ponerme en forma. Yo quiero seguir trabajando, pero posiblemente me iré a otro país. Me han ofrecido cosas en universidades de Estados Unidos y en clubes de Centroamérica y de Argentina, Brasil o Perú. No en las selecciones sino en clubes importantes, donde me gustaría trabajar. También tengo en mente un par de libros de preparación específica de gimnasia, que no hay en el mercado. Pero ahora mismo tengo las manos amputadas. Será más adelante.

- Parece que deja cerradas las puertas a continuar en España.

- Tendría que quedar todo muy claro. Prefiero dejar al menos pasar un tiempo. Me habría gustado ayudar a poner en marcha el proyecto de gimnasia para Madrid 2020 porque creo que tengo los conocimientos para ello. Pero después de este borrón tendría que quedar todo muy claro. Y creo que nunca sabré por qué han hecho esto conmigo.

- Los Juegos de Madrid eran su proyecto antes de que saliese todo esto a la luz.

- Hubiese querido llegar hasta Madrid, pero no en la pista, sino planificando el trabajo desde otra parcela, porque la experiencia y los resultados me avalan. Quería empezar un proyecto para trabajar con entrenadores jóvenes que iba a servir de mucha ayuda. La gimnasia ha crecido tanto que hay que estar muy preparado para llegar a la alta competición y de eso no tenemos mucho. Ahí, si mantengo la salud, podría ayudar.

- ¿Se arrepiente de no haber aceptado alguna de las ofertas que tuvo del extranjero en los últimos años?

- Ahora claro que sí, y no fueron hace demasiado. Pero tengo un hijo pequeño y llevarlo a Brasil, Argentina o Perú... no lo veía claro. Si no me hubiese ido. Pero tampoco quería dejar a la gimnasia española. Aquí he estado bien considerado, pero todas las ofertas de fuera eran superiores a las de aquí. Siempre he tenido un caché importante.

- ¿Cuántas llamadas de apoyo ha recibido en estos meses?

- Me han llamado de Rusia, Francia, China, Australia... De todo el mundo. Y en España el apoyo recibido ha sido impresionante. Es lo que más me ha emocionado. Me ha dado fuerzas tener noticias incluso de gimnastas con las que no tenía relación desde hacía años. He recibido mensajes de cariño que me han puesto los pelos de punta. Es la única experiencia positiva de todo esto, lo que me ha dado fuerzas para seguir. Yo no estaba preparado para lo que se me ha venido encima. Pero no tengo miedo a nada y la justicia es la que va a juzgar todo.

- ¿Emprenderá acciones legales contra las impulsoras de la denuncia?

- Por supuesto, pero siempre con lo que me digan mis abogados. Yo soy un experto en magnesia pero no en temas legales. Lo único que puedo decir es que soy completamente inocente. Esto es una difamación dura y cruel que no me la merecía.