Las actuaciones arbitrales han sido centro de debate en Vigo en las últimas semanas. Los errores en encuentros ante Betis, Levante o Mallorca no sentaron nada bien en el Celta, que siente que le han birlado puntos con ciertas decisiones. Otro motivo de enfado son las pocas veces que los célticos han podido ejecutar una pena máxima durante la temporada.

Solo dos penaltis le han sido señalados a favor al cuadro vigués en esta Liga, algo que podría haberse incrementado si por ejemplo Gil Manzano hubiese visto las dos acciones flagrantes en la visita céltica a Mallorca, donde Geromel cometió dos claras faltas dentro del área sobre Bermejo y Túñez que se fueron al limbo. En cambio, en contra, los equipos rivales han lanzado desde los once metros en seis ocasiones.

En la jornada que se disputa mañana se cumple una vuelta del último penalti que tiró el Celta, ante el Valladolid en la jornada 18, transformado por Iago Aspas tras una acción en la que fue arrollado por Balenziaga y que Velasco Carballo no dudó en señalar. El moañés también fue el encargado de convertir el penalti en la séptima jornada ante el Sevilla.

El Celta es el segundo equipo de la Liga que menos lanzamientos desde los once metros ha tenido esta campaña. Solo Osasuna, con uno, ha tirado menos. El resto de rivales por la salvación han corrido diferente suerte. Excepto el Mallorca, al que le han pitado tres; los grandes beneficiados han sido Deportivo, Zaragoza y Granada, lanzando los coruñeses seis y andaluces y aragoneses ocho.

Iago Aspas valoraba ayer que aunque es cierto que los árbitros han perjudicado al Celta en muchas ocasiones, no vale la pena seguir echando la vista atrás. "Los números e imágenes están ahí pero no podemos pensar ni un segundo en cosas del pasado", indicó el moañés.

No es la primera vez en las últimas temporadas que el Celta se muestra descontento con las decisiones arbitrales en las áreas. En la 2010-2011, los vigueses lanzaron solo un penalti y en la temporada pasada, la del ascenso, también pasaron más de una vuelta sin ir al punto fatídico.