"Cantera de dirigentes no hay. La gente no se mete y menos en estos momentos", constata Paco Araújo. Él y Touza pertenecen a esa generación de presidentes deportivos vigueses de larga duración (Javier Rodríguez, Pablo Beiro...) cuya sustitución se antoja prácticamente imposible. Su final llegará, sea por voluntad personal o necesidad biológica, sin que se vislumbre en muchos casos la posibilidad de un recambio.

Siempre críticos con el escaso apoyo que el tejido empresarial de la comarca ha prestado a los clubes, a merced de las decisiones políticas en las instituciones, Araújo y Touza, sin embargo, se han encontrado con buenos aliados en estos momentos de necesidad: las familias de los canteranos. La sociedad civil, que actúa.

Araújo revela: "Tenemos la suerte de jugar tres campeonatos de España de diferentes categorías (Zaragoza, Guadalajara y Lanzarote) y agradezco el esfuerzo de los padres para que podamos ir. Ellos van a pagar el 50 por ciento de los desplazamientos y estancias. Hay que agradecerles el esfuerzo porque la situación es crítica para todos. Qué vamos a decir con lo que está pasando a las familias". Y confiesa: "Nunca esperé esta respuesta tan positiva. Estoy tremendamente orgulloso, no solo de las niñas y de las personas del club, sino de los padres".

Guillermo Touza aporta al caso sus vivencias: "Este año tuvimos por primera vez en mucho tiempo la colaboración económica de los padres para desplazarnos a Blanes, al Campeonato de España juvenil. Era un gasto que el club solo no podía soportar. Ellos colaboraron". La ayuda familiar no se limita a la financiación puntual de un evento: "También plantean ideas para que en el futuro podamos tener algún tipo de ingresos para las categorías base, lo que significa que están preocupados por sus hijos pero también por el club".

Los tutores legales son, además, los que conceden el permiso para que los jóvenes participen en competiciones profesionales. Y los que cuidan de que asimilen tal novedad en sus vidas. "Estamos satisfechos con el rendimiento de nuestros hijos", asegura José García. "Pero necesitamos que alguna institución nos ayude, a nivel municipal, provincial o autonómico. Hay gente con pocos recursos y se ve limitada para viajes y desplazamientos".