-Al final, todo gira alrededor de aquel día en la Baja Almanzora, hace más de seis años. ¿Cansado de hablar del accidente?

-No estoy cansado para nada. Me gusta compartir y recordar qué pasó, cómo pasó y sobre todo el después, cómo afrontar la situación y normalizar el entorno. A personas que pueden estar en una situación parecida les puede servir, no de ejemplo, sino para pensar que ellos también pueden hacerlo.

-Usted tendrá sus malos momentos, sus flaquezas. ¿Le pesa como obligación tener que ofrecer siempre una visión positiva?

-No lo siento como obligación. Soy como los demás. Tengo momentos buenos y momentos que no lo son tanto. Supongo que debo ser de esta manera. Haber estado toda mi vida en el deporte de competición ayuda. El deporte nos enseña a lidiar con situaciones que nunca querrías afrontar. Cuando los resultados no salen, entrenas mucho y no consigues lo que quieres? Es la misma situación. En esta etapa de mi vida me ha llegado resolver cada momento.

-El deporte de alta competición también puede ser cruel.

-Cuando los resultados no salen o existe la rivalidad entre compañeros son cosas que se limitan a las carreras. Está ahí y al momento se ha terminado. No es algo que continúe después. Lo importante del deporte son sus valores, el compromiso que uno adquiere cuando quiere dedicarse a algo, el esfuerzo que supone, que el equipo sea lo importante. Cuando trabajas en equipo y consigues algo, lo compartes con los demás. Lo otro es puntual.

-¿En sus conferencias encuentra la respuesta que espera?

-Solo el hecho de haber tenido el accidente no hace que la gente me trate diferente. Creo que es porque yo no trato diferente a la gente en general. Es verdad que yo he tenido el apoyo de mis compañeros, de mi equipo, del entorno. Ahora, cuando explicamos los proyectos que tenemos, somos capaces de trasladar nuestra ilusión.

-Joan Rodríguez es la figura clave en que Vigo sea el primer lugar fuera de Catalunya donde abre un centro puente.

-A Joan lo conocí hace bastante tiempo. Cuando planteamos con Lidia Carrera empezar con el centro puente en el CAR de Sant Cugat tuvimos claro que él tenía un papel importante siempre que quisiese. Él organiza todos los entrenamientos y la razón de que podamos dar el pistoletazo de salida al centro de Vigo. Gracias también a las instalaciones del Coruxo. Joan coordina, es el máximo responsable. La experiencia que él tiene de lo hecho en San Cugat será valiosa.

-¿Qué le ofrecen a las personas con discapacidad y a los monitores?

-No es más que crear el hábito de practicar ejercicio físico en personas que tienen una discapacidad. Pueden obtener una buena base para estar después en los paralímpicos y en cualquier equipo de cualquier disciplina. Genial si esto ocurre. Pero sobre todo es una buena oportunidad para aprender y disfrutar del deporte con un asesoramiento bastante profesional. De cara a los técnicos, es una oportunidad de aprender qué pueden hacer con personas con discapacidad en un área fitness. Aprenderán a trabajar con un colectivo que los necesita muchísimo y que ahora, si quiere ir a un gimnasio, se encuentra con que el personal no está formado, no saben cómo atenderlos. Es una oportunidad para el usuario y para el técnico.

-Usted sigue compitiendo en rallys. ¿Cambian muchas sensaciones respecto a antes de la lesión?

-Es muy diferente de la moto al coche. Pero sentir la competición y estar con los compañeros es lo mismo. Cuando estoy en el coche y bajo por la pista la lesión no existe. Soy competitivo como el que más. En el deporte del motor no hay una categoría para personas discapacitadas. Es deporte inclusivo en estado puro. No importa que yo tenga la paraplejia. Nani Roma o Carlos Sainz compiten a mi lado. Cuando termina el día, todos estamos en la misma calificación. Esto me motiva muchísimo.

-No sé si, como motero, le dolió en el orgullo tener que trasladarse a un coche.

-El accidente llegó cuando estaba en el mejor momento de mi carrera deportiva, en un gran equipo como KTM y con patrocinios increíbles, que confiaban en nosotros para poder ganar. Llega esto de forma repentina y no es como trasladarse a otra disciplina porque crees que ya ha terminado tu etapa. Pero no se puede hacer nada. Hay que seguir. Me ayuda ver que hay un paso natural de motos a coches en otros pilotos que han sido compañeros míos de equipo, como Nani Roma, o rivales, como Stefan Peterhansel. Ahora todo parece más normal.

-Usted, después de la lesión, ya ha participó en la versión sudamericana del Dakar. Aunque dura, supongo que no puede igualar al Dakar africano.

-El Dakar salió de una forma dramática y forzada del continente africano. El fundamentalismo islámico, todo el descontrol que sufre el norte de este continente, es algo que no se puede ahora mismo parar. Quienes peor lo pasan por la ausencia de la carrera son las personas que viven allí. Para los participantes, que la carrera esté en Sudámerica no afecta mucho en lo deportivo. Sigue siendo una carrera durísima. Pero claro, el continente africano tiene unos componentes humanos, unos paisajes, que no se puede repetir. El Dakar ha cambiado de escenario. Tiene una carrera genial, cien por cien garantizada en el apartado de seguridad, la dificultad es incluyo mayor en algunos momentos. Pero a todos nos gustaría que el Dakar volviese a África. Por la situación que existe, parece difícil.

-Cuando se suspendió la celebración en África estaba a punto un acuerdo para que la prueba saliese en dos ediciones consecutivas desde Galicia. Una desde Vigo y otra desde Santiago, en año jacobeo. La idea simbólica era unir distintas religiones. Era el mensaje del Dakar.

-A todos los niveles era bueno que la carrera estuviese en África. Pasó por Barcelona, por Portugal? Hubiera sido importante para Galicia a nivel de promoción y difusión. Si algún día vuelve, genial.