La situación del Octavio aplaza cualquier decisión de futuro. Difícil anticipar qué sucederá con la entidad. El Central probablemente contempló ayer la última actuación como rojillo de Cacheda e incluso Dasilva, que parece más proclive a la retirada que Fran González. Pero ninguno dejó gestos personales. Importaba solo lo colectivo, que sigue en el aire.