La mayor dificultad de Indiana Pacers en clasificarse para la final de la Conferencia Este retrasa al miércoles el inicio de su serie contra Miami Heat en el American Airlines Arena. LeBron James, Dwayne Wade, Chris Bosh, Ray Allen y compañía son claros favoritos en las apuestas, aunque conscientes de que tendrán enfrente a un rocoso adversario, sin grandes lujos pero también con escasas grietas.

Ambas escuadras ya se vieron las caras en las semifinales de la pasada temporada. Miami Heat tuvo que remontar el 1-2 provisional que tuvo Pacers a su favor. El equipo de Indiana, además, es el único que puede presumir de tener un balance favorable con el vigente campeón en la temporada regular. Dos veces se impuso a los de Florida en el Bankers Life Fieldhouse (87-77, 102-89). Miami se cobraría una de las facturas. Fue por 105-91, decimoctava victoria consecutiva en aquella racha prolongada hasta las 27, a solo seis del récord de los Lakers de los setenta.

Datos para que los de Spoelstra no se confíen ante una escuadra competitiva, acostumbrada a que los focos se dirijan hacia otra parte. En las oficinas de la NBA, precisamente en Nueva York, David Stern soñaba con la clasificación de los Knicks. Era lo ideal por cuestiones mercantiles. Carmelo Anthony y sus veteranísimos acompañantes han naufragado en un ejercicio en el que se han movido en línea descendente.

Así que el baloncesto espectacular de Heat deberá medirse a la madeja de los Pacers. Capaces de sobrevivir a la lesión de su teórica estrella, Danny Granger, gracias al reparto de tareas entre Hill, Stephenson, West, Hibber y Paul George, el que más se aproxima al perfil de jugador decisivo. Sobre todo, será el glamour de Miami contra la tradición. Como se decía en el viejo Conseco Field House: "Es sólo baloncesto en 49 estados. Pero esto es Indiana".