El Rally Rías Baixas, la competición deportiva que más aficionados mueve cada año en el sur de Galicia, corre el peligro de desaparecer. Vodafone, patrocinador principal durante las últimas ediciones, comunicó hace escasos días que interrumpe la relación. La prueba iba a disputarse el 30 y 31 de mayo. Los organizadores se dan de plazo hasta el martes 21 para cubrir el agujero que este contratiempo deja. El presupuesto está entre los 155.000 y los 158.000 euros. La Escudería Rías Baixas necesita 20.000 euros o cancelará la prueba. Y no será un paréntesis. "Si nos bajamos del tren, no habrá quien lo coja otra vez", valora el presidente del club, Fernando Mouriño. "Retomar el rally sería casi imposible".

El Rally Rías Baixas caminaba hacia su quincuagésimo aniversario. La edición de este año iba a ser la cuadragésimo nona. Casi medio siglo de vida al borde del abismo, aunque Mouriño no pierde la esperanza: "Yo quiero ser optimista y confío en que salgamos adelante. Trabajaremos durante todo este fin de semana, ya aprovechando el festivo". Mucho lo fían a las instituciones, bien porque incrementen su aportación o porque les faciliten los contactos adecuados con posibles sponsors.

La organización del Rally Rías Baixas ya se había convertido en una tarea homérica antes que Vodafone suprimiese su asignación (a la firma de telefonía se le agradece iguamente su apoyo en el pasado). Las subvenciones públicas se han reducido (con la del Concello a la mitad, renunciaron al calendario europeo). Muchos patrocinadores más pequeños también se habían descolgado. Colaboradores de la escudería, que en otras ocasiones ponían de su dinero vehículos de apoyo y gasolina, necesitan ahora que se les proporcione ese gasto. La crisis golpea con fuerza a todos los niveles.

Pese a todo, la delicada maquinaria iba funcionando. Cuatro personas trabajan todo el año en esa cita. En el último mes la cifra se dispara a 30. Durante los dos días de competición son más de 1.000 los implicados.

El Rally Rías Baixas juega con la baza favorable de su prestigio. Siempre obtiene las puntuaciones más altas de los participantes y es puntero en materia de seguridad. Aunque la Federación Española de Automovilismo obliga por regla a confirmar la disputa de las pruebas con 30 días de antelación, en este caso se habían mostrado flexibles. Es la propia escudería viguesa la que se fija ese límite del próximo martes. Lo explica Mouriño: "Los pilotos, que van a disputar el Rally de Cantabria, ya están reservando aquí plazas de hotel. Hay que arreglar los seguros de cincuenta vehículos en Tráfico (a 400 euros por unidad). No podemos tener a todo el mundo pendiente". Un mal trago a solo un año de cumplir cincuenta ediciones, lo que en el mundo automovilístico gallego se esperaba como fiesta grande. "Ya le recuerdo siempre a todos que antes viene la edición 49", dice Mouriño. Y es la que apurará "hasta el último minuto" por llevar a cabo.