Aunque los rivales directos se empeñan en prolongar la agonía, el Celta se juega la permanencia esta tarde en el Benito Villamarín (17.00 horas). Una derrota ante el Betis dejaría a los célticos con 31 puntos, a falta de dos jornadas para concluir la Liga. Si eso ocurriera, el conjunto vigués tendría que dedicar seguramente las dos semanas posteriores, antes de enfrentarse al Valladolid, a planificar la próxima temporada en Segunda. Un triunfo les sacaría provisionalmente de los puestos de descenso, aunque tendrían un partido más que el resto de los equipos involucrados en esta pelea por la supervivencia.

Abel Resino y sus jugadores se niegan a claudicar, a pesar de que el rival de hoy necesita una victoria que le permita asentarse en las plazas que otorgan el pasaporte a la próxima edición de la Liga Europa. Y con tantos intereses en juego por parte de ambos equipos, las altas temperaturas previstas en la capital hispalense -en torno a los 30 grados centígrados- serán un incómodo invitado. Si al calor se añade el cansancio que acumulan en las piernas los célticos, después de disputar entre semana un partido contra el Atlético de Madrid, la victoria en la capital hispalense parece a priori una tarea ardua y difícil para el conjunto vigués.

Los resultados de la jornada de ayer han favorecido a los intereses célticos, pues cayeron derrotados el Mallorca y el Deportivo, por lo que nada ha cambiado en el fondo de la tabla clasificatoria. Los mallorquinistas continúan como colistas, con 29 puntos. Los deportivistas siguen por delante de los de Abel, con un punto de ventaja. De ganar en el Villamarín, los celestes igualarán al Granada, decimosextos con 35 puntos, por delante del Zaragoza, con 34.

Abel ha viajado con veinte jugadores, todos los disponibles en la plantilla. El toledano tiene que buscar un sustituto para el sancionado Álex López, que agotó el primer ciclo de tarjetas amarillas. Orellana cuenta con más opciones de jugar de cara, en principio, que De Lucas y Toni, los otros futbolistas que también aspiran a entrar en el once titular. Abel no descubre sus planes, pero parece confiar en el mismo bloque de las últimas jornadas, con Varas bajo palos; Jony, Vila, Túñez y Lago, en defensa; Oubiña e Insa, en el doble pivote; Augusto y Krohn-Dehli, en las bandas; Orellana, en la media punta; y Aspas, en el ataque.

El técnico del Celta tendrá que realizar dos descartes antes del partido, pues para el banquillo cuenta con el portero juvenil Rubén Blanco, además de Cabral, Demidov, Samuel Llorca, Bellvís, Pranjic, Toni, De Lucas y Madinda.

Se han quedado en Vigo el citado Álex López y los lesionados Sergio Álvarez, Hugo Mallo, Park y Bermejo. Estos dos últimos han dicho adiós a la temporada por lesión. El surcoreano se fracturó el escafoides de su pie derecho, mientras que el cántabro será operado el martes de la rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de la rodilla izquierda.

Estas dos bajas han diezmado el ataque del conjunto vigués, cuyos responsables decidieron dejar en casa al joven Santi Mina, que sobresalió como uno de los mejores artilleros de la Copa de Campeones por el título de la Liga juvenil.

Si el Celta lamenta principalmente las ausencias de Álex y de Bermejo -tercer máximo goleador del equipo, con 5 tantos- para este encuentro, su rival también acumula bajas importantes.

Pepe Mel no podrá contar con el goleador Jorge Molina -suma once tantos-, aquejado de un esguince de tobillo, ni con el centrocampista Cañas, con lumbalgia. El parte médico de los béticos se completa con el portero Casto, el internacional polaco Perquis, además de Pozuelo, Molins y el excéltico Ángel.

Los verdiblancos confían en aprovechar el delicado estado anímico del Celta para conseguir una victoria que le asiente en los puestos que dan acceso a la competición europea. Acumulan cuatro jornadas sin ganar, y en la anterior jornada cayeron en el Camp Nou (4-2). cuando Messi apareció en la segunda mitad. Los dos últimos compromisos de los de Mel en casa se saldaron con sendos empates: ante el Sevilla (3-3) y el Deportivo (1-1). La última víctima en el Villamarín fue Osasuna (2-1), en la jornada 27ª.

El Celta, por su parte, se presenta tras jugar dos partidos consecutivos en Balaídos, en lo que únicamente sumó un empate, contra el Athletic Club. En su anterior desplazamiento, al campo de Levante, obtuvo la segunda victoria a domicilio de la temporada.

Los números de ambos equipos solamente son parecidos en el apartado de goles en contra, donde los béticos acumulan 54 por 51 de los célticos.

Las estadísticas de los enfrentamientos entre ambos en el Benito Villamarín son favorables a los locales, que han logrado 18 triunfos, seis empates y cinco derrotas. El último punto obtenido por el Celta en el estadio verdiblanco fue en la temporada 2010-2011, en Segunda División; mientras que para encontrar una victoria de los celestes (0-2) hay que remontarse a la campaña 2005-2006, en la máxima categoría.