A Madroa se vistió ayer de gala para los cuartos de final de la Copa de Campeones juvenil. Los aficionados no fallaron y si por la tarde llenaban la grada, por la mañana acudían en gran número. El corte de la carretera que pasa por delante de las instalaciones, obligó a los más rezagados a tener que realizar un largo paseo para llegar al campo, algo que no gustó, sobre todo teniendo en cuenta la intensa lluvia que, además, obligó a los aficionados a apretujarse para poder presenciar los encuentros.

La grada de A Madroa fue también un hervidero de agentes y ojeadores como Santi Denia, Rubén Baraja o Juán Sánchez, buscando esa perla que deslumbrará en unos años. Inglés, francés o italiano, fueron algunos de los idiomas que se escucharon durante el día de ayer en la grada de A Madroa. El tiempo les arruinó el día, pero marcharon con sus libretas llenas de anotaciones.

Sin embargo los goles del Celta hicieron que todas las penurias quedaran en nada, ya que el equipo, además de ganar, dominaba al Real Madrid. Los gritos de Celta, Celta se dejaron notar en A Madroa.

Una de las ovaciones de la tarde fue para el Santi Mina cuando se retiró a tres minutos para la conclusión del encuentro, y con la clasificación para semifinales en el bolsillo.

Una sintonía entre afición y equipo que debe continuar el jueves, en las semifinales, que se disputarán en Balaídos: Sevilla-Las Palmas y Celta-Villarreal. El club vende desde hoy las entradas en la oficina de abonados. Cinco euros por cada partido es el precio para presenciar el mejor fútbol juvenil.