Mark Cavendish (Quick Step) hizo buenos los pronósticos y lucirá la primera camiseta rosa de la 96 edición del Giro de Italia, al imponerse ayer en un sprint reducido, en la primera etapa que tuvo como salida y llegada Nápoles. El ciclista británico invirtió en los primeros 130 kilómetros de la carrera 4 horas, 58 minutos y 38 segundos, el mismo tiempo que el italiano Elia Viviani y el francés Marcel Bouhanni, que fueron junto a una docena de corredores más los beneficiados de una caída registrada en el penúltimo kilómetro y que evitó la llegada masiva.

El flamante ganador y primer líder suma ya once victorias en el Giro y, como en otras ocasiones, la clave no fue otra que su astucia, dejándose llevar para salir como un obús a pocos metros de la línea meta.

Viviani y Bouhanni mantuvieron su duelo particular por mantener la cabeza del grupo, mientras que Cavendish, agazapado, al que se le pegó el español Fran Ventoso -al final sexto-, no se inquietó y en el momento justo daba el zarpazo para llevarse un triunfo anunciado.

Un final nada fácil, con curvas muy cerradas que presagiaban las caídas. La última fue aprovechada por Cavendish para llevarse su primer triunfo con más facilidad de la esperada al dejar fuera de combate a muchos de los esprinter que se han iniciado la prueba.

La carrera tuvo un excelente comienzo por la buena temperatura, el numeroso público y un comienzo muy rápido desde el banderazo de salida. Fueron muchos los demarrajes y también varias las averías, mayoritariamente pinchazos.

Los ataques iniciales sirvieron para formar un grupo de siete corredores con el portugués Mestre (Euskaltel Euskadi), los italianos Visconti (Movistar) y Canola (Bardiani), los holandeses Keijzer (Vacansoleil) y Bulgac (Lotto), el australiano Wurf (Cannondale) y el francés Bonnafond (Ag2r).