Al margen de Samuel Lorca, que la pasada semana recibió el alta médica después de una grave lesión de rodilla, y de los dos porteros suplentes (Sergio Álvarez y ahora Rubén Blanco), todos los futbolistas del plantel han dispuesto de minutos con el preparador toledano. Faltaba apenas Toni, que el pasado viernes frente al Athletic disputó sus primeros quince minutos con el preparador toledano, para cerrar el círculo.

El técnico celeste ha hecho tabla rasa y ha ido moviendo sus piezas hasta dar con la tecla de un once diferente al empleado por Paco Herrera, que no es, ni mucho menos, inamovible. Todos los jugadores han tenido oportunidades para reivindicares y el rendimiento sobre el terreno ha sido el baremo empleado por el técnico en el reparto de la titularidad. Las características del rival o la necesidad de dosificar el esfuerzo han influido o pueden influir también en la configuración de las alineaciones.

La lista de indiscutibles es exigua en el Celta de Abel. Se limita al portero, Javi Varas, a Borja Oubiña, el incombustible capitán, que presume de ser el futbolista de campo con más minutos esta temporada sobre el terreno de juego (2.872), y al lateral derecho Jony, el único de los futbolistas para el que el técnico no dispone de recambio natural.

El preparador celeste ha contado también, siempre que han estado disponibles, con Augusto Fernández, Roberto Lago y, por supuesto, con Iago Aspas, el goleador del equipo. En menor medida ha sido importante con Abel la participación de Álex López, primero como acompañante de Oubiña en el eje de la línea medular y últimamente, con mejores prestaciones, como enganche con el delantero.

Lama la atención el protagonismo que el técnico celeste ha concedido a futbolistas que había tenido poco o muy poco recorrido con Paco Herrera. El caso más significativo es el de Jonathan Vila, descarte habitual de sus predecesor y pieza clave en la evidente mejoría defensiva experimentada por el equipo en las últimas cuatro jornadas. El porriñés entró en el once por lesión de Demidov en la segunda parte del catastrófico partido contra el Rayo y cazó la oportunidad al vuelo. Desde entonces ha formado una sólida pareja con Andrés Túñez, que también estuvo entrando y saliendo de las alineaciones. Resino probó, de hecho, tres parejas de centrales distintas antes de entregar la titularidad a los dos zagueros canteranos.

Otro de los futbolistas recuperados por Abel ha sido Natxo Insa. El alicantino disfrutó de cierto protagonismo en las primeras jornadas de ligas en algunos partidos fuera de casa como parte de un triple pivote. Pero Abel ha encontrado en Insa el mejor complemento para Oubiña y le ha dado galones tanto a domicilio como en Balaídos.

Entre los descubrimientos del preparador toledano sobresale el internacional gabonés Levy Madinda, un chico que llama a la puerta del primer desde hace tiempo y que no había tenido la oportunidad de debutar con Paco Herrera. Resino hizo saber al chico que iba a tener una oportunidad este año y no ha tardado en concedérsela. El primer paso fue convocarlo para el derbi, el segundo ponerlo diez minutos contra el Barcelona hasta que finalmente la baja por sanción de Natxo Insa le abrió la puerta de la titularidad frente al Athletic.

Los fichajes de invierno, mientras, han tenido un recorrido descendente con Abel. El más utilizado ha sido Demidov, mientras que Orellana y Pranjic han tenido una participación intermitente, aunque ambos han entrado en la rotación del banquillo. El chileno es además uno de los mejores asistentes del equipo en relación al número de minutos sobre el campo.

La compresión de partidos esta semana (miércoles Atlético y domingo Betis) propiciará movimientos en el once. Abel ya anunciado su intención de dosificar el esfuerzo para afrontar estos dos partidos en los que el margen de maniobra es mínimo para el Celta. La rueda se sigue moviendo.