"Hemos dejado de ser los mejores", se resignaba Gerard Piqué tras la eliminación del Barcelona en la Champions League a manos del Bayern de Múnich. La apabullante derrota -7-0 en el global de la semifinal- no solo ha revelado el ascenso de un Bayern de Múnich colosal, sino también el definitivo agotamiento, iniciado ya el pasado año, del fenomenal ciclo del equipo azulgrana.

Un día antes el Madrid se despedía de la 'Décima' ante el Borussia Dortmund, en un duelo que ponía el punto final a otro ciclo, más turbulento que exitoso, el de José Mourinho en el banquillo del Santiago Bernabéu. Las dos inesperadas goleadas en Alemania resultaron insalvables para ambos equipos. Aunque el Madrid sí fue capaz de recurrir a lo mejor de su historia para poner contra las cuerdas al Borussia, la eliminación de los dos grandes del fútbol español ha delatado las evidentes vías de agua que han hecho naufragar sus proyectos.

El Barcelona cierra la temporada con la Liga en el bolsillo y el Madrid tratará de hacerlo añadiendo otra Copa del Rey a sus vitrinas, pero para los dos clubes con mayor presupuesto de Europa, para quien ha ejercido la supremacía en los últimos años y quien aspiraba a arrebatársela, la temporada terminará lejos de sus mejores expectativas y con muchas interrogantes.

En el tercer año de Mourinho en el banquillo blanco, el equipo no ha avanzado un ápice en su juego, diciendo adiós a la Liga antes de finalizar la primera vuelta y sumando su undécima temporada sin pisar la final de la Champions League. Sólo sus victorias sobre el Barcelona animaron a un equipo que transitaba lejos de la "excelencia". Ahora, además, deberá restañar las heridas que dejan los choques del entrenador portugués con algunos de los jugadores de la plantilla.

Al Barcelona el histórico registro de victorias en el inicio de la Liga le dio más de medio título, pero, en el lado negativo, maquilló las carencias de juego que el equipo ya insinuó el pasado año, y que emergieron, agravadas, a medida que la temporada avanzaba, especialmente en los duelos de altura. En la Copa del Rey, el equipo de Vilanova cayó eliminado con justicia ante el Madrid, que, sin su equipo titular, también superó a los azulgranas en el partido de Liga disputado en el Bernabéu, después de que en la primera vuelta arrancase un empate en Barcelona. En Europa, mientras tanto, le tocó sufrir ante el Milan y el PSG para alcanzar las semifinales.

El equipo que fue imbatible con Pep Guardiola ha parecido sobre todo cansado, física o anímicamente, y ha aguantado lo que ha resistido Messi.

Renovación

Así, ambos clubes se enfrentan ahora a una necesaria renovación, más o menos profunda, que en el Madrid tendrá como epicentro el banquillo, y en el Barcelona, la plantilla, ya que Tito Vilanova seguirá al mando.

A favor de los dos equipos juegan unas plantillas de base sólida y unos ingresos aún elevados que les pueden permitir abordar las incorporaciones necesarias para reactivar la ilusión de sus aficionados.

El Barcelona prolongará la apuesta por el estilo que ha marcado una época, pero el club se asoma ahora a una disyuntiva en su política de fichajes. Seguro de su potencial y su modelo de juego, el club ha tratado en los últimos años de preservarlo con incorporaciones de perfil bajo que buscaban apuntalar el proyecto sin discutir el protagonismo de sus estrellas. En este sentido, el posible desembarco de Neymar supondría un cambio. Pero no podrá llevarlo a cabo sin reparar algunas de las grietas que se abren en el bloque.

Con el filón de la cantera aparentemente agotado, los refuerzos en defensa -suena el nombre del alemán Hummels- y la búsqueda de relevos para Puyol o Xavi, que en 2014 cumplirá 34 años, se antojan imprescindibles, aunque el centro del campo sigue rebosando solvencia. Arriba, la operación salida pasa por Villa, relegado por Tito Vilanova a un tercer plano, y Alexis, que ha firmado una temporada para olvidar. Las incógnitas llegan también a la portería, después de que Víctor Valdés haya anunciado en reiteradas ocasiones que piensa abandonar el club al finalizar la próxima campaña.

Otro entrenador para el Madrid

En Chamartín todo pasa por el banquillo. Salvo sorpresa mayúscula, José Mourinho pondrá punto y final a su periplo en el Real Madrid para regresar al Chelsea y dejará paso a un nuevo entrenador. Los rumores señalan ya a Carlo Ancelotti, el entrenador del PSG y extécnico de Juventus, Milan, equipo con el que conquistó las Champions de 2003 y 2007, o Chelsea.

Antes, el club deberá superar un proceso de elecciones que hoy parece allanado para otro mandato de Florentino Pérez.

El técnico elegido para conducir al Madrid tendrá ante sí en primer lugar un reto de diagnóstico: el de detectar los desequilibrios de un equipo que parece peleado desde hace años con el buen fútbol, pese a que la plantilla, repleta de internacionales de primera fila, en muy contadas ocasiones ha relajado su tradicional espíritu competitivo.

Este año, el nuevo fracaso deportivo ha puesto en el disparadero a algunos de sus jugadores, como los delanteros Higuaín y Benzema, cuya aportación goleadora ha estado muy por debajo de lo esperado, lo que ha hecho que el nombre de Agüero vuelva a sonar en el Bernabéu, junto con el del uruguayo Cavani. En defensa persisten las dudas sobre la solvencia de sus laterales, aunque el carril izquierdo parece destinado a Marcelo el próximo año, mientras que Garay podría volver al club reforzando la posición de central.

Preocupa más en el Madrid en bajón de rendimiento de Di Maria, que gana enteros como candidato a abandonar el club para hacer caja y dejar sitio en el centro del campo, como Kaká, a nuevas incorporaciones. Y si Modric acaba la temporada reivindicándose como un jugador válido para asumir la titularidad, las alarmas se han encendido por el desgaste físico de Alonso al final de la temporada y la escasa aportación de Khedira a lo largo del año. Los nombres del francés Kondogbia, perseguido por media Europa, o del italiano Verratti, aparecen en el horizonte como relevos en el mediocentro blanco.

Con las elecciones de por medio, las promesas 'populistas' pueden pasar por otro 'galáctico': el galés Gareth Bale, cuya temporada en Inglaterra ha deslumbrado a Europa, y en el que también ha puesto los ojos el Barcelona.