Natxo Insa seguramente ha merecido mayor protagonismo a lo largo de la temporada e incluso antes, ya con Paco Herrera y desde la llegada de Abel Resino. Ni ha tenido la confianza indiscutible de sus entrenadores ni le ha favorecido la fortuna, con lesiones que a veces le han interrumpido su instalación en las alineaciones iniciales. Abel ha decidido al fin apostar por el centrocampista alicantino y su rendimiento en Son Moix le exige prolongar la decisión ante el Zaragoza. Con Natxo Insa en la ecuación, el equipo ganó mayor equilibrio. Insa le da aire a Borja Oubiña, enlaza bien el ataque con la defensa y aumentar un punto al presión, al menos para incomodar más a los pasadores de la escuadra adversaria.