El escocés y nuevo número dos del mundo, Andy Murray, se ha hizo con el título en el Masters 1.000 de Miami, segundo de la temporada, después de romper el sueño del español David Ferrer en la final, al que venció por 2-6, 6-4 y 7-6 (1), consiguiendo su octavo torneo de esta categoría y el segundo de la temporada. El español tuvo el partido en su mano, llegando a disponer de una bola para hacerse con el segundo Masters 1.000 de su carrera, el primero ante un tenista de categoría élite, pero los nervios y el potencial de Murray impidieron que el alicantino se llevara la victoria.

El de Jávea arrancó la final jugando al máximo nivel, manejando a Murray y llevándolo de un lado a otro de la pista, lo que pilló completamente desprevenido al escocés. Murray estaba espeso y Ferrer disfrutaba de los mejores minutos del torneo, lo que llevó a firmar un 5-0. Pero el británico no estaba dispuesto a morir sin luchar. Se hacía con su primer juego y, justo después, convertía su primer break del partido (5-2). Parecía que empezaba a verse al verdadero Murray, pero volvía el del inicio del partido para dejar escapar un 6-2.

En la segunda manga, Ferrer no pudo controlar durante mucho tiempo a Murray, que aparecía para hacerse con un break y situarse con 3-1. El alicantinto desperdiciaba dos bolas de break en el sexto juego (4-2), pero utilizaba la siguiente que tuvo para igualar (4-4). La intensidad del juego había crecido considerablemente con respecto al primer set y el público demandaba un tercero, deseo que cumplió Murray con el 6-4.

El partido se descontroló al inicio del tercer parcial. Ni Murray ni Ferrer supieron mantener los nervios .Seis rupturas en seis juegos, algo muy poco habitual. Ninguno de los dos finalistas parecía querer llevar el control del partido hasta que Ferrer rompió la tónica que había dominado hasta el momento, conservando su servicio (4-3). Murray tconseguía la igualada (4-4) para después volver a las andadas. El escocés se hacía con una nueva ventaja con un break y servía para cerrar el partido por 6-4. Pero el alicantino se vino arriba y tiró de casta para imponerse en su saque (6-5) y asegurarse el 'tie-break' después de perder una bola de partido por culpa del 'ojo de halcón'. Ese punto desconcentró por completo a Ferrer, que acabó sucumbiendo en la muerte súbita.