Discreto balance de Park Chu-Young en su primer encuentro como sustituto de Iago Aspas. Bien en la pelea, notable a la hora de peinar balones largos, impreciso en la combinación y escaso dentro del área.

Park fue uno de los elementos de fricción entre Herrera y Torrecilla. Se ha sabido a posteriori. El técnico asumía que era su única pieza con gol en el historial. Pero no se decidió a invertir tiempo en él. Catalogado como uno de los errores en la construcción del proyecto, Torrecilla ha defendido su apuesta por el coreano. "No ha tenido minutos", ha argumentado, como velada crítica a su infrautilización por parte de Herrera.

Tampoco Abel se ha entregado a Park en cuerpo y alma. Es la sanción de Iago Aspas la que limita tanto el arsenal que no queda otro remedio. Competición le regala a Park un mes. Y el coreano lo ha iniciado con esa mezcla de luces y sombras que es tan distinguible en su juego.

Convertido en única referencia ofensiva, el céltico se manejó en un difícil ecosistema, con la marca multiplicada. Piqué y Bartra se turnaban en la vigilancia. Park peleó bien los balones aéreos. Los tocó casi todos y con bastante sentido, aunque a veces sin el acompañamiento adecuado que lo aprovechase.

Park es un futbolista de instinto. Sabe descubrir las sendas idóneas que el césped oculta. Ofrece desmarques inteligentes. Tiene olfato en el área, como en la búsqueda de un centro forzado de Augusto que envió fuera en su único disparo a portería. Estando en el lugar adecuado, le falta el talento para aprovecharlo. Distingue cuándo retener el balón de espaldas y a quién entregárselo, pero este rara vez sigue sus órdenes al pie de la letra. De ahí sus ocho pérdidas. Acertó en una combinación: la que trasladó la pelota a Orellana para que acabase en el primer gol de Insa.

Sus fallos despiertan un cierto rumor en las gradas, pero aún contenido. No agota la paciencia del celtismo, seguramente porque es la esperanza descabellada a la que uno ya no puede recnunciar. Se fue en el minuto 59, entre aplausos, sustituido por un Bermejo con el que le gustaría asociarse.