Borja Oubiña fue sin duda el gran protagonista del empate de ayer ante el Barcelona. El capitán céltico, poco acostumbrado a estos lares, salvó a su equipo de una nueva derrota con un impecable testarazo que llevaba el delirio a Balaídos. El vigués reconoce que no sabe lo que se le pasó por la cabeza en el momento que vio que el balón se colaba en la meta de Pinto.

"No lo sé, cuando uno marca goles te acuerdas de tu familia, de tus compañeros, de tus aficionados, de todo el mundo que se alegra en ese momento. Marcar y que ayude para sumar, más contra este rival, siempre es positivo", declaró Oubiña.

El centrocampista destacó que este punto es "como una victoria moral" para el equipo tras pasar el "Tourmalet", un aliciente para continuar trabajando y tratar de sacar los tres puntos el próximo domingo ante el Rayo Vallecano, la primera de las nueve finales que restan hasta final de temporada.

"A lo mejor a nivel de puntos no es lo ideal, pero si en los partidos contra equipos grandes eres capaz de sacar resultados, eso refuerza, más en la situación anímica que siempre tiene un equipo que está abajo. No hemos sacado los puntos que queríamos en este tramo, sabíamos que era difícil pero confiábamos en sacar algo y lo hemos conseguido", afirmó el céltico, congratulándose del gran trabajo de todos los jugadores ante un rival del calibre del Barcelona con el marcador en contra: "Te hacen correr, te esconden el balón, no eres capaz de cogerlo, es muy difícil y aun así, hemos hecho dos goles".

Por último, Oubiña espera que este empate sirva para enganchar a la afición en el tramo final de temporada, en el que espera contar con el mismo apoyo de la grada que ayer ante el Barcelona. "Es lo que necesitamos, enganchar a todo el mundo, que nos apoye. Si somos capaces de lograr el objetivo es por culpa de ellos también", reconoció.