Mireia Belmonte consiguió su objetivo. Dijo que iba a ser difícil y según fue avanzando el campeonato se encontraba más cansada por el exigente calendario que se programó. Pero nada le apartó de su perfecto seis de seis. Tantas mínimas como pruebas que nadó: 200 mariposa, 800 libres, 400 estilos, 1.500 libres, 400 libres y 200 estilos. Los problemas con su club después de proclamarse doble subcampeona olímpica en Londres parecen superados. Fred Vergonoux, su entrenador, parecía preocupado por lo meses de entrenamiento que perdió la badalonesa, sobre todo con respecto a sus principales rivales. Pero el poco tiempo de preparación parece haberlo empleado con efectividad, porque poco la Mireia que se vio en Pontevedra poco distó de la de los pasados Juegos, por lo que apunta a hacer un magnífico papel en el Mundial en Barcelona.

Por detrás de Belmonte fue la gallega Bea Gómez la que se clasificó para más pruebas. La nadadora del Galaico hizo mínima en 800 libres y 200 y 400 estilos. Después de su paso por los Juegos Olímpicos, donde fue semifinalista de 200 estilos, parece haberse consolidado definitivamente. Porque no solo hizo la mínima, en muchos casos rebajando notablemente su marca, sino que lo hizo en las pruebas más duras del campeonato. En el 800, había seis candidatas. En los 400 estilos, las cuatro primeras rebajaron el tiempo exigido para estar en Barcelona. En todas fue superada por Belmonte, pero es que la catalana está dos escalones por encima del resto. Aún así, la pontevedresa, de 18 años, también parece un peldaño superior. Por encima de toda la terna de candidatas, por detrás de Belmonte, aunque camino de alcanzarla. Después de ellas, un grupo de varias nadadoras con dos mínimas: Melanie Costa (200 y 400 libres), Marina García (50 y 200 braza), Duane da Rocha (50 y 100 espalda), las tres consolidadas ya en el equipo español.