El Amfiv dio una muestra de madurez ganando ayer a domicilio al Lagun Aro Bilbao BSR, un rival que en la primera vuelta en Bouzas ya puso contra las cuerdas a los olívicos, y da caza al en la segunda plaza al Mideba Badajoz , aunque con peor basket-average que los extremeños.

El Amfiv venció en Bilbao en un encuentro con dos partes bien diferencias . En la primera, el choque fue intenso, con un juego rápido, agresivo y con muchas transiciones. Tras el descanso, en gran medida debido al cambio de criterio arbitral, el encuentro bajó mucho de ritmo por las interrupciones.

El Lagun Aro empezó mandando en el marcador pero la alegría le duró poco a los pupilos de Javier Sandomingo "Sando", puesto que poco tardó el Amfiv en ponerse por delante en el electrónico aunque con diferencias muy cortas de apenas dos o cuatro puntos. El buen hacer en el lanzamiento exterior de Mouriz ante la cerrada defensa local permitía a los vigueses cerrar en positivo este primer cuarto (12-15, min.10).

El choque continuaba con una dinámica parecida en el segundo periodo, con muchas transiciones e intercambio de golpes. Así, el Lagun Aro Bilbao llegó a ponerse de nuevo por delante (20-19, min.16) pero el iraní Ahmadi, se fue al banquillo por problemas de faltas y el Amfiv aprovechó la circunstancia para encadenar un parcial de 0-10 que colocaba el marcador en 20-29 y permitía a los visitantes marcharse al intermedio con una interesante renta (22-31, min.20).

Pero al regreso de los vestuarios, el partido fue otro ya totalmente distinto. Los árbitros empezaron a señalar multitud de faltas y algunos pasos más que dudosos, con lo que el encuentro se paró. Los tiros libres y las interrupciones cambiaron el ritmo. De la velocidad anterior que interesaba al Amfiv se pasó a un juego más lento y pausado, como prefiere el Lagun Aro. Por eso, poco a poco los bilbaínos empezaron a recortar su desventaja hasta cerrar el tercer cuarto con todas sus opciones intactas (40-44, min.30).

De este modo, se llegó a unos diez minutos finales bastante tensos, en los que los visitantes tuvieron siempre el dominio del marcador con una diferencia que oscilaba entre los dos y los seis puntos. Esa horquilla suponía que los bilbaínos no terminasen de arrojar la toalla pero el acierto de Berni y la aportación de Avendaño dio el equilibrio necesario al Amfiv. Y fue ese buen balance entre el acierto exterior y los balones interiores lo que permitió al conjunto de César Iglesias administrar su renta sin apuros hasta el final (55-62).