Nadie puede negar que la Media Maratón Vig-Bay goza de una salud de hierro. La prueba se ha convertido en un referente en el calendario de atletismo y cada edición supera a la anterior. Hasta la meteorología se alía con ellos para frenar la lluvia y dar paso a un día soleado pero sin altas temperaturas.

Renovarse o morir, pensarán los organizadores de la carrera, con Eduardo Vieira a la cabeza, que cada año tratan de evolucionar para no quedarse estancados. La gran novedad de este año consistía en una modificación del recorrido que se ha hecho desde que la Vig-Bay naciese en el año 2000. Se decidió suprimir la tradicional vuelta en la avenida de Samil y para compensar la pérdida de kilómetros se estiró el trazado por el monte Lourido, haciéndolo más sinuoso y complicado, con rampas duras y un terreno adoquinado en algunos tramos. A pesar de eso, los cambios han contentado a todos.

"Pensé que iba a ser más llano al ser por la costa pero hay muchas curvas y ha sido muy divertido, exigente", destacó Lolo Penas; "me gustó porque el otro era más por carretera, aquí vas resguardado, es espectacular", coincide María Jesús Gestido.

Desde la organización, también están muy satisfechos por cómo transcurrió todo en la jornada de ayer y creen que han acertado de pleno con la decisión de incluir esas novedades. "Con el cambio de recorrido, la carrera es bastante más fluida, mucho más ligera en todos los sentidos, se pasa más por Nigrán que lo merece", comentó Eduardo Vieira, principal impulsor de la Media Maratón, que como un atleta más, completó los 21072 metros con una buena marca.

Vieira reconoció también que ya están pensando en la edición del año que viene, en la que también habrá cambios, aunque por el momento no quiso adelantar nada.

"Novedades siempre se están pensando, alguna ya nos quedó de esta pero ya se irán comunicando más adelante. La prueba tiene una salud de hierro y sólo nos queda ir mejorando e ir aumentando el número de participantes", analizó el organizador, con el claro objetivo en mente de poder superar la barrera de las 5.000 inscripciones. Un objetivo que, visto lo visto, se conseguirá sin demasiadas dificultades.