Ausente del once titular y fuera de las convocatorias después de comenzar como uno de los fijos, llegó un día en el que Juan Domínguez explotó y manifestó no haber entendido que José Luis Oltra prescindiese de él. Alguien debió de convencerle de que no tratara de entenderlo, al igual que no le diera demasiadas vueltas a que Domingos Paciência, el técnico que sustituyó a Oltra en el banquillo, lo igualase en condiciones futbolísticas a Paulo Assunção.

Algunos temieron que el centrocampista se estancara por completo, devorado por la vorágine negativa del equipo y las urgencias que ahogan al club, pero la llegada de Fernando Vázquez le ha permitido asomar de nuevo la cabeza en una plantilla que lucha por su propia supervivencia.

Aunque no lo alineó en los primeros partidos, el técnico recurrió a él ante el Celta y volvió a ser decisivo. Lo había sido en el partido de la primera vuelta de la temporada pasada, disputado también en Riazor, y en el que Oltra le dio la alternativa por la sanción de Jesús Vázquez. Lo fue después en Balaídos el curso pasado con el pase que inauguró el marcador en el triunfo deportivista y volvió a serlo en octubre pasado cuando marcó el gol del empate ante los celestes, otra vez en su estadio.

A pesar de esas actuaciones en partidos de la máxima exigencia, el futbolista se enfrenta a prejuicios que van más allá de sus cualidades como futbolista. Se le examina también por un supuesto carácter despreocupado exento de aspavientos o declaraciones altisonantes.

De las cuatro victorias este año del conjunto blanquiazul, sin embargo, ha estado presente en tres de ellas como complemento del centrocampista de carácter más defensivo y como dato estadístico aparece que el viernes ante el Celta recuperó nueve balones y perdió tan solo tres.

El rifirrafe entre el técnico, Fernando Vázquez, y Nélson Oliveira al finalizar el partido ante el Celta constató el mal momento que atraviesa el delantero portugués. Oliveira no se tomó demasiado bien que Vázquez se olvidara de él y dio una patada al banquillo en los instantes finales del encuentro