La expulsión de Iago Aspas en Riazor tendrá un alto precio para el delantero del Celta. El club impondrá una multa "muy elevada", aunque se niega a desvelar la cuantía económica porque considera que es un asunto de régimen interno. Tampoco se pasará por alto en Plaza de España el comportamiento de Hugo Mallo, que acudió a Riazor como aficionado pero que apareció en una fotografía burlándose del Deportivo y mantuvo una actitud desafiante en la grada con los aficionados del equipo rival.

La derrota en el clásico del viernes dejó una resaca muy amarga en el equipo vigués, más por el comportamiento de Aspas y de Mallo que por el resultado negativo (3-1) ante un adversario directo por eludir el descenso. La expulsión del delantero de Moaña por agredir a Marchena a los 28 minutos de juego y tras el gol de Riki causó un grave contratiempo a los de Abel Resino, a pesar de que el técnico toledano insistiese a sus jugadores antes del encuentro que evitasen acciones punibles.

La consigna del vestuario saltó por los aires cuando Aspas realizó un lanzamiento desviado que Marchena intentó neutralizar. El defensa sevillano cayó al suelo en el forcejeo, con un pie golpeó la espalda del delantero de Moaña. Éste le soltó un cabezazo a su marcador, que se revolvió en el suelo de dolor, un gesto excesivo que, sin embargo, no frenó al árbitro en su decisión de mostrarle la tarjeta roja a Aspas. Ahí, el Celta dio casi por perdido el clásico en el que esperaba salir fortalecido y con los dos pies fuera de la zona de descenso.

Los célticos perdieron el partido y los papeles, lo que provocó los reproches públicos de jugadores de peso en el vestuario céltico como Bermejo y Varas una vez concluido el clásico.

Hugo Mallo aceptó las críticas del delantero cántabro y se presentó a media mañana en A Madroa para expresar públicamente su arrepentimiento por comportarse como un hincha radical. Aspas, en cambio, prefirió utilizar las redes sociales. A través de su cuenta de twitter, el moañés coincidió con el lateral en subrayar que una entidad como la celeste no se merece que sus jugadores tengan comportamientos antideportivos: "Quiero pedir disculpas a mis compañeros, al club y a la afición!! Son momentos difíciles para mí y el Celta no se merece esto".

Aspas se enfrenta ahora a una dura sanción económica del club y a otra disciplinaria por parte del Comité de Competición. La tarjeta roja directa que le mostró Velasco Carballo en Riazor puede suponerle un mínimo de cuatro partidos de suspensión al atacante de Moaña, con lo que se perdería los duelos ante el Barcelona, el Rayo Vallecano, el Mallorca y el Zaragoza. Además, continuará con las cuatro amarillas que ya tenía antes de enfrentarse al Real Madrid. Para ese partido dijo que evitaría por todos los medios recibir otra amonestación para no perderse el clásico ante el Deportivo.

Su prudencia saltó por los aires en el escenario donde el celtismo esperaba que sacase a relucir su talento para ayudar a que el Celta rompiese una racha de casi cuatro meses sin ganar fuera de casa. Además, la cita en Riazor podía suponer su despedida de los clásicos gallegos ante los numerosos pretendientes que quieren llevárselo al finalizar la temporada.

El club esperará a que el equipo regrese el martes a los entrenamientos en A Madroa para comunicar la sanción económica a Aspas y a Mallo. La que le impondrá al delantero será "muy elevada", según reconocían ayer fuentes de la propia entidad, debido a la excepcionalidad de la situación: tras las advertencias del entrenador antes de que comenzase el derbi en A Coruña y por tratarse de una agresión a un contrario en una de las primeras jugadas en las que Aspas forcejeaba con Marchena, un veterano defensa, campeón del Mundo, que conocía la fragilidad emocional del delantero del Celta en los partidos de alta tensión.

Como ya ocurriera en otras citas con el Deportivo, Aspas fue el centro de los cánticos ofensivos de Riazor y su llegada al estadio fue recibida con el lanzamiento de numerosos objetos contra el autobús del equipo vigués. Su hermano Jonathan, que vivió esos derbis con el Celta, admite que Iago se equivocó. "Todo el estadio cantando contra él, eso hay que vivirlo. No sé si pasó algo antes con Marchena. Sabe que se equivocó y no puede volver a pasar, al menos en la situación en la que se encuentra el equipo".

Desde Chipre, Jonathan Aspas intenta animar al delantero: "Le envío un mensaje de ánimo, que esté tranquilo porque esas cosas pasan. Supo en el momento que se equivocó y esas cosas no pueden pasar", insiste.

"Llevaba mucho tiempo sin tener esas cosas. Se le da más importancia por ser Iago, por el momento que es, por ser quien es él y en el momento en el que está. Le falta despuntar en un derbi y no ha podido ser. Ha sido todo lo contrario", admite Jonathan Aspas sobre quien tendrá que afrontar una sanción deportiva de al menos cuatro partidos y otra económica.