Apuntaba Hugo Mallo ayer que las redes sociales pueden jugarte una mala pasada cuando eres popular y tu vida privada trasciende a lo público solamente con que uno de tus acompañantes le dé a un botón de un teléfono móvil. El lateral del Celta tendría que añadir que también las cámaras de televisión están al acecho de lo que puede hacer cuando se presenta en Riazor y se mezcla entre los aficionados. Y la cadena Cuatro mostró en el informativo de ayer a Mallo en la grada del estadio herculino comportándose como un seguidor radical, olvidándose de que es un profesional del fútbol y ejemplo para quienes sueñan con alcanzar sus mismas metas deportivas.

El lateral del Celta aparece camuflado en medio de los alrededor de ochocientos celtistas que acudieron a presenciar el clásico gallego de la noche del viernes. Mallo porta unas gafas oscuras, una bandera nacionalista sobre los hombros, bufanda y capucha para cubrirse la cabeza. En medio del grupo pasa casi desapercibido. Como el resto, ha entrado dos horas antes al estadio, como medida de seguridad para evitar altercados con los aficionados rivales.

El lateral se mueve con sus amigos y de pronto aparece apostado junto a la verja que divide a ambas aficiones en la grada de Preferencia Lateral de Riazor. Y el jugador del Celta comienza a protagonizar una ceremonia de desafíos, retos y provocaciones con un grupo de aficionados deportivistas.

En medio del rifirrafe se encuentran varios policías, uno de los cuales se dirige al canterano del Celta para llamarle la atención, pues éste no para de realizar gestos hacia sus adversarios, situados a pocos metros de distancia.

Cuando Hugo Mallo se presentó ayer en A Madroa para pedir perdón por la fotografía que se difundió en las horas previas al derbi a través de twitter, desconocía que Cuatro preparaba su actuación en las gradas de Riazor para emitirlas en el informativo de la sobremesa. "Este escudo no se merece que yo dé esa imagen", dijo horas antes.