Diez goles sumaban Iago Aspas y Riki antes del choque de ayer. Ambos delanteros estaban siendo los líderes de sus equipos y vivían su particular duelo para conseguir llevar a su equipo a la victoria. La disputa tuvo un claro vencedor, Riki, por mérito de él y omisión de su rival, que se autoexpulsó antes de la media hora.

Al igual que en los dos derbis de la temporada pasada, abrió el marcador y fue una pesadilla para la defensa viguesa, en especial para Túñez y Demidov, muy incómodos durante los noventa minutos.

La movilidad que exhibió Riki mientras estuvo sobre el campo volvió loca a la zaga. A los cinco minutos, el de Aranjuez ya había forzado la tarjeta amarilla de Túñez. Poco después, en una brillante maniobra, ponía por delante a su equipo. Sus compañeros lo buscaban como vía de desahogo y, en la segunda mitad, tuvo en sus botas la sentencia en un mano a mano errado ante Varas, su última acción antes de ser sustituido.