Riazor vivirá esta noche uno de los derbis más dramáticos de la historia entre Celta y Deportivo. Los vigueses, enfermos; su rival, directamente en la UVI. Todo lo que no sea para los locales sumar los tres puntos supondrá despedirse casi definitivamente de cualquier opción de lograr la permanencia en Primera División, una situación que, sin duda, puede generar ansiedad y nerviosismo a los hombres de Fernando Vázquez, con el agua al cuello desde hace varias jornadas.

Cuatro exjugadores del cuadro vigués como son Javier Maté, Francisco Noguerol, Everton Giovanella y Gustavo López, todos con experiencia en derbis de este tipo, están convencidos de que los factores psicológicos jugarán un papel muy importante en el transcurso del choque.

"Hay que manejar la ansiedad, quien controle eso tiene mucho ganado, ellos (el Dépor) tienen menos margen de error y tiene que notarse", sostiene Noguerol. "El Celta tiene que saber jugar el partido, jugar con las emociones del Deportivo", apunta Giovanella.

Una de las claves que apuntan los excélticos para que el cuadro dirigido por Abel Resino consiga salir airoso de la situación y volver a Vigo con los tres puntos bajo el brazo será aislarse del entorno que se puedan encontrar en Riazor. "Las necesidades deportivas tienen que prevalecer. En cualquier otro derbi se podría apelar al tema anímico pero en este tiene que primar el deportivo", señala Maté. En este sentido, la experiencia de los jugadores puede resultar clave en ciertos momentos, aquellos en los que la cabeza fría debe prevalecer. Para Gustavo López, "la experiencia es importante pero mezclada con la juventud y hambre de triunfo es ideal".

Precisamente, la complicada situación que atraviesan ambos equipos hace que todos los excélticos consultados se decanten por un partido trabado, un choque que se decidirá por un resultado corto. Una sensación que acompañan de optimismo hacia los de Abel Resino, ya que todos coinciden en que el cuadro vigués tiene mejor bloque que el Deportivo y cuenta con mejores mimbres para dar un golpe sobre la mesa en campo del eterno rival.