El derbi o la vida. Con esta apremiante disyuntiva afronta este noche el Celta (Riazor, 21.45 horas, Marca TV) el clásico más dramático en mucho tiempo. La fiesta del fútbol gallego se ha tornado en esta segunda vuelta en una cuestión de pura supervivencia, un partido a vida o muerte en el que, por una vez, la rivalidad ha quedado desplazada a un segundo plano. Más que la satisfacción de derrotar al eterno rival o el orgullo de doblegar al irreconciliable vecino se ventilan en el coliseo herculino tres puntos decisivos para la salvación de los dos equipos. Hace cuatro décadas que el Celta y el Deportivo no se enfrentaban en puestos de descenso y hay que remontarse setenta años, a la temporada 1942-43, para encontrar un derbi con los dos grandes clubes gallegos en las dos últimas posiciones de la tabla. La sombra del descenso es de nuevo alargada.

La situación es especialmente crítica para el Deportivo. Sacudido en sus cimientos por un proceso concursal que amenaza liquidación por derribo, el conjunto herculino sobrevive a duras penas entre la convulsión institucional y la miseria deportiva. Después de dos relevos en el banquillo, transita desde hace meses por lo más profundo de la tabla y ha presentado sobre el campo tan pocos argumentos futbolísiticos que la idea de la salvación se antoja un milagro. Fernando Vázquez, el técnico al que Lendoiro ha fiado la suerte del equipo tras el despido de Oltra y la espantada del portugués Domingos Paciencia, ha reconocido que el equipo está en la UCI pero confía en que la victoria frente al Celta le dé el espaldarazo necesario para remontar los nueve puntos que le separan de la permanencia.

No están mucho mejor las cosas en el Celta, que se arriesga en el derbi a perder comba con los equipos que le preceden en la tabla, el Mallorca, a dos puntos, y el Zaragoza, a tres, en vísperas de recibir en Balaídos al inasequible Barcelona, y no renuncia a la idea de meter en el lío al Granada y al Osasuna, a cuatro y cinco puntos, respectivamente. Y una derrota esta noche en Riazor los alejaría considerablemente de este objetivo.

El derbi es también toda una prueba de fuego para comprobar si el nuevo estilo de juego que pretende imponer Abel Resino, el hombre elegido por Carlos Mouriño para rescatar al Celta, ha logrado realmente mejorar las prestaciones del equipo. El método Resino, que se sustancia en una defensa más avanzada, menor distancia entre líneas y mayor agresividad en la presión sin la pelota, no ha ofrecido de momento los resultados apetecidos, si bien el Celta ha ofrecido algunos buenos momentos ante adversarios de primera fila, como el Sevilla o el Real Madrid. Queda por ver si este esbozo se traduce ahora en resultados y el equipo vigués es capaz de ganar por fin un partido lejos de Balaídos, su gran asignatura pendiente. Para ello necesita competir al límite de sus fuerzas en un duelo de la máxima exigencia, en territorio declaradamente hostil, y frente a un rival malherido que se juega la existencia en noventa minutos.En este arduo contexto, el preparador celeste ha pedido a sus hombres cabeza fría para manejar el choque. Abel Resino es consciente de que el Celta pagó en sus últimos enfrentamientos con el Deportivo un exceso de excitación y quiere, sin renunciar al fútbol de ataque que propugna, serenidad para manejar el tempo del partido.

El preparador celeste ha confirmado que prevé algunos cambios con respecto al equipo que cayó el pasado domingo en Balaídos ante el Real Madrid . El primero afecta al medio campo y está condicionado por la baja de Álex López, que cayó lesionado hace seis días en el partido ante los blancos. La solución de Resino es el croata Danjiel Pranjic, un controvertido fichaje invernal con un prestigioso currículo, que de momento no ha tenido continuidad y frente al Real Madrid ofreció interesantes prestaciones como complemento de Borja Oubiña en el medio campo.

El técnico céltico ha incluido entre los 20 convocados para el derbi -hoy tendrá que realizar dos descartes- al gabonés Levy Madinda como opción para el medio campo. Abel ha reconocido que tiene fe en las condiciones del futbolista, aunque parece difícil que lo haga debutar con el primer equipo en un choque de tanta responsabilidad como el de esta noche. Pranjic y Oubiña, por tanto, formarán por delante de una línea defensiva de cuatro hombres en la que repetirán Jony (el celeste más joven en debutar en el derbi gallego) y Lago en los costados y Demidov y Túñez en la zona central. En ataque, la novedad podría ser Fabián Orellana, al que Abel podría utilizar de nuevo como enganche, como ante el Granada, flanqueado por Augusto y Krohn-Dehli, mientras que Aspas se mantendrá como referencia en punta.

En el Deportivo, mientras, la principal duda afecta a la defensa, donde Fernando Vázquez está pendiente de Marchena, tocado, que sigue sin entrenarse. Si no se recupera, Pablo Insua será la opción del técnico para acompañar a Aythami en el eje de la zaga, con Silvio y Ayoze en los costados. Assunçao y Abel Aguilar actuarán en el eje de la medular, flanqueados por Bruno Gamma y Pizzi, mientras que en ataque es segura la vuelta de RIki y la presencia de Valerón como director del juego.