Cristiano Ronaldo no conocía al joven lateral vigués que se situó a su lado nada más comenzar el partido. CR7 pensó entonces en Hugo Mallo, a quien había ido a dar ánimo en el vestuario del Bernabéu después de que el céltico se rompiera una rodilla en una acción fortuita. El portugués desconocía que en A Madroa existe una fábrica inagotable de laterales diestros y Jonny ha sido el último en incorporarse al primer equipo.

El vigués sabía que ayer tenía una oportunidad para consagrarse en la élite y se puso manos a la obra desde el primer momento. A los cinco minutos le mostró a CR7 que tendría muchas dificultades para moverse por la banda izquierda del ataque del Real Madrid, porque allí lo estaría esperando con la serenidad y el aplomo de un veterano.

Jonny se anticipó a Cristiano y sirvió para que Augusto realizase el primer disparo de la tarde a la portería de Diego López. Un comienzo perfecto para el novato en duelos ante gigantes. En la siguiente acción, la estrella lusa reclamó una falta al árbitro. Fue una queja de rabia del multimillonario que se ve superado por un imberbe recién llegado al fútbol profesional.

Anticipándose siempre, Jonny consiguió que CR7 buscase espacios por el centro. Al volver al costado, Jonny le obligó a que se diese una carrera de cincuenta metros para evitar que el lateral céltico centrase desde la línea de fondo. Como Mallo, el vigués tiene descaro para atacar.

Para no pasar desapercibido, CR7 volvió a abandonar la banda y en el minuto 40 cazó un remate de cabeza y el balón se estrelló en el larguero. Junto a Jonny nada tenía que hacer, así que mejor era buscar otros territorios más cómodos. De hecho, el primer gol del atacante portugués llegó tras un rechace a tiro de Callejón, cuando se había colado por el centro de la zaga celeste. En el lateral se había encontrado un muro infranqueable. Y para anotar el segundo, Cristiano Ronaldo ejecutó el penalti de Varas a Kaká.

Por la banda que defendía Jonny, CR7 no pudo desplegar ni su fortaleza física ni su mortífero disparo. El sustituto de Mallo cubrió el expediente de manera brillante ante un Balón de Oro que discute con Messi quién es el rey. Cristiano tropezó en la misma piedra: los buenos laterales diestros de A Madroa.