El Celta y el Real Madrid vuelven a coincidir en Balaídos tras el 2-1 de la ida de los octavos de final de la Copa del Rey, celebrado el 12 de diciembre. Mucho han cambiado ambos desde entonces. Los célticos llevan cinco jornadas en los puestos de descenso, a pesar de cambiar de entrenador, mientras que los merengues vienen de disfrutar de una semana fantástica, después de plantarse en la final del torneo del KO tras eliminar al Barcelona, ganarle a éste el clásico en el Bernabéu y lograr en Old Trafford el pase a los cuartos de final de la Champions.

Por lo tanto, los de Abel Resino se proponen esta tarde (19.00 horas, C+Liga-Gol TV) acabar con esa excelente racha de los de Mourinho, quien dejará fuera del once a varios titulares, a pesar de que también su equipo necesita los puntos para adueñarse del segundo puesto de la clasificación, que ocupa el Atlético de Madrid.

El partido de Copa antes de las Navidades puede servir de estímulo para un Celta que llega a esta cita con la presión de no poder fallar en casa si quiere lograr la permanencia y con las dudas que genera una derrota tan abultada como la que sufrió el lunes en Sevilla (4-1).

Otro aliciente para levantar el ánimo de los celestes es que Vigo ha sido históricamente una plaza difícil para el conjunto merengue, que ha perdido en 22 de los 46 partidos de Liga que ha disputado en Balaídos, el sexto peor estadio de la Liga para los intereses del club madrileño. No obstante, sus cinco últimas visitas en la competición regular las ha saldado con victoria.

Abel, que se estrenó hace quince días en Balaídos como preparador céltico con un triunfo ante el Granada (2-1), repite el ritual de convocar a todos los jugadores disponibles, veinte, y realizar dos descartes en los prolegómenos de un compromiso que exigirá a los locales rozar la perfección en el juego si quieren sumar los tres puntos y confiar en que mañana falle el Zaragoza, ante el Granada, para salir a flote, lo que le llevaría a preparar con mayor ilusión el clásico gallego del próximo viernes frente al colista.

El técnico toledano, quien reconoce que le preocupa el contraataque del Real Madrid, baraja presentar algún cambio pensando en el compromiso de Riazor. Varas seguirá en la portería, arropado por una defensa de cuatro que podría ser la misma que la del lunes en el Sánchez Pizjuán: Jonny como lateral derecho, Cabral y Demidov como centrales y Bellvís por el costado izquierdo. El valenciano confía en repetir en el once, pues Roberto Lago sufrió un proceso gripal que le impidió entrenar durante la semana. Ayer recibió el alta pero es posible que sea suplente. Lo mismo podría sucederle a Andrés Túñez, que ni siquiera entró en la lista para viajar a Sevilla.

El compostelano, que ha sido llamado de nuevo por el seleccionador de Venezuela, es uno de los damnificados por el cambio de técnico. Abel prefiere incluso a Vila antes que a Túñez, por la mayor versatilidad del porriñés, que puede actuar también como mediocentro.

En la medular es posible que se produzca algún que otro cambio. Oubiña fue el único pivote que actuó en la victoria de la Copa ante el Real Madrid y Abel no descarta darle toda la responsabilidad en el centro del campo al capitán. Con esta apuesta, Álex se quedaría seguramente en la reserva. Krohn-Dehli, ausente en Sevilla, podría volver al once, para cubrir la banda izquierda, mientras que Augusto ocuparía el otro costado. Bermejo, que se ha ganado la confianza del nuevo entrenador, se perfila como enganche, para recibir los balones en largo y generar segundas oportunidades para Orellana y Aspas, que se moverían por todo el frente del ataque céltico.

Con Insa de baja durante dos semanas por una rotura fibrilar, el entrenador toledano tendrá que prescindir de dos jugadores: Túñez y Toni se perfilan como candidatos a presenciar el partido desde la grada de Balaídos, que superará la asistencia del partido de Copa, que rozó los 28.000 espectadores, para aproximarse a los 29.500 del aforo oficial del coliseo vigués.

Mourinho también manejará una relación de 20 futbolistas para este partido. No están por lesión Casillas y Di María. Además, en Madrid se quedaron Varane, Sergio Ramos y Coentrao. Han viajado a Vigo el portero del filial Jesús, el lateral Nacho y el delantero Morata.

El once más probable del conjunto merengue estará formado por el lucense Diego López en la portería. Arbeloa y Marcelo defenderán las bandas, mientras que Albiol o Carbalho y Pepe formarán el eje de la zaga madrileña.

Xabi Alonso es casi seguro que desaparezca del equipo inicial, por lo que Modric y Khedira manejarían el centro del campo, con Callejón por la derecha y Cristiano Ronaldo por la izquierda, con Kaká como enganche y Benzema como punta de lanza.

El conjunto blanco ha encadenado cuatro triunfos en Liga -Sevilla, Rayo, Deportivo y Barça- tras caer en Los Cármenes frente al Granada. Sus visitas a tierras andaluzas terminaron todas en derrotas.

El conjunto blanco baja a la tierra en Balaídos tras disfrutar de siete días de oro, una semana fantástica, que han cambiado la línea de su irregular temporada. El equipo de Mourinho ha pasado de una Liga repleta de altibajos a exhibir su potencial en tres partidos saldados con victorias que ponen al equipo en el camino de los títulos de Copa y de Champions. La Liga está muy lejos, pero tiene que asegurar la segunda plaza.