Hay motivos para el optimismo, para confiar en que el cuarto proyecto de Ferrari para Fernando Alonso sirva al asturiano para conquistar su tercera corona. La pretemporada deja buenas sensaciones en la Scuderia, nada que ver, desde luego, con lo ocurrido hace un año, cuando ya el primer contacto con la pista evidenciaba que algo, y muy gordo, había fallado. Más tarde se conocieron los problemas del túnel del viento de Maranello, problemas que se trasladaron a un cavallino obligado a recomponerse desde cero.

Este año el F138 promete. Con todas las reservas lógicas que hay que aplicar a unos ensayos de pretemporada. Pero los números, como el algodón, no engañan. Y los números dicen que Felipe Massa fue capaz de marcar el mejor tiempo de todos los pilotos en los cuatro primeros días de ensayos en Jerez; que Fernando Alonso lograba el segundo crono en la primera tanda de cuatro días en Montmeló, sólo por detrás del McLaren del mexicano Checo Pérez, y que en la segunda tanda de cuatro jornadas en el circuito barcelonés volvía a ser segundo, ahora tras el Mercedes del alemán Rosberg.

El 1.20.131 marcado ayer por Rosberg no sólo era el mejor crono del día, sino también del global de las ocho jornadas de ensayos en el circuito catalán, como el 1.20.494 de Alonso era el segundo del día y el segundo global. Ojo a los Mercedes. Y es que Ross Brawn parece haber dado en Brackley con la tecla que signifique el renacer de las balas de plata. Lo atestiguan los datos: sólo tres pilotos han bajado del 1.21 en Montmeló: Lewis Hamilton (1.20.558) y Nico Rosberg (1.20.131), con los Mercedes, y Fernando Alonso con su Ferrari (1.20.120).

Las propias palabras del siempre exigente Alonso son otro trampolín al optimismo. Aseguró el asturiano que es "incomparable" la sensación de ahora con la de hace un año. "La confianza que tenemos ahora es mucho mayor. El año pasado llegamos a Australia sin saber si podíamos entrar en la Q3, y no nos equivocamos. Estamos doscientas veces mejor que entonces".

Subió ayer un poco la temperatura, que alcanzó los 19 grados antes de la pausa para el almuerzo, y ello permitió a los pilotos probar diferentes tipos de neumáticos y diferentes reglajes, confirmándose, de paso, que Red Bull no está, desde luego, tan fino como estaba en la segunda parte de la pasada campaña.

Si se trata de un problema real o de simple ardid, como con lo ocurrido con el resto de escuderías, no lo sabremos hasta el día 15, cuando Melbourne abra sus puertas a los primeros entrenamientos oficiales de la campaña. De momento se apunta al mapa motor de Renault como responsable de las dudas en el equipo energético. Vettel ayer se conformaba con la octava plaza, más cerca de Caterham y Marussia que de Mercedes o Ferrari.