El Celta juvenil tendrá que esperar para cantar el alirón después de que no se dieran ninguna de las dos circunstancias necesarias para que los vigueses comenzaran a pensar en la Copa de Campeones y en la Copa del Rey.

Por un lado se tenía que dar la victoria de los célticos ante el Montañeros, y al final hubo reparto de puntos; y por otro se necesitaba la derrota del Deportivo ante el Veriña, pero los coruñeses sumaron la victoria por 2-1.

A pesar de todo, la diferencia sigue siendo de doce puntos, cuando restan quince por disputarse.

El equio vigués no estuvo cómodo en la mañana de ayer en el campo de Elviña Grande. Los coruñeses se jugaban mucho y por eso salieron al campo presionando muy arriba y no dejando que los celestes pudieran sacar el balón con facilidad.

El Celta lo pasaba mal, y a los trece minutos de juego encajaba el gol en un fallo encadenado.

El equipo no funcionaba, y a David de Dios no le tembló el pulso para hacer los primeros cambios a la media hora de juego. El técnico miodificó una ficha en defensa, con la entrada de Miguel, y colocó a Yelko en el centro del campo, que había comenzado el encuentro en el banquillo.

Cambió la imagen, pero el técnico dio una nueva vuelta de tuerca al comienzo de la segunda parte con la entrada de Óscar y Berto. Los célticos llegaban al área coruñesa, pero no conseguían marcar, y los minutos pasaban.

A nueve para el final, Óscar es derribado dentro del área y el árbitro señala el punto de penalti. Goldar lanza la pena máxima consiguiendo el empate.