Juan Carlos Higuero e Isabel Macías, nuevos subcampeones de Europa de 3.000 y 1.500 metros, elevaron a 100 la cuenta de medallas españolas en la historia de los Europeos en sala en una jornada que devolvió el orgullo al mediofondo español, un tanto alicaído en los últimos años. Solo dos atetas africanos nacionalizados les apartaron del cajón más alto del podio.

Por primera vez en una final europea de 3.000 metros, Higuero progresó con un rabioso esprint hasta el segundo puesto en Gotemburgo y dio a España la presea número 100.

El atletismo español había conseguido hasta hoy 26 medallas de oro, 38 de plata y 34 de bronce. Isabel Macías aportó la número 99 y un cuarto de hora después Higuero remató la faena. El burgalés sólo se inclinó ante el azerbaiyano de origen etíope Hayle Ibrahimov.

La carrera salió lanzada por el turco de origen keniano Polat Kemboi Arikan, que alternaba en cabeza con Ibrahimov, subcampeón en 2011. Higuero se colocó a su estela, con el segundo español, Roberto Alaiz en el centro del grupo.

El primer mil transcurrió en 2:39.35 y el segundo se pasó en 5:19.52. A cuatro vueltas del final pegó un tirón el francés Florian Carvalho, pero Higuero no se inmutó. Escuchó en quinta posición el toque de campana y en el último giro sacó a relucir su antiguo remate.

Higuero, que debutaba en 3.000 metros después de haber disputado cinco finales de 1.500 -campeón en 2007, subcampeón en 2002 y 2005), alargó su expediente impecable con esta medalla de plata tras haber recuperado sus mejores sensaciones. "Me siento como un juvenil", había dicho la víspera, con 34 años. Alaiz terminó séptimo.

Las dos primeras medallas españolas llegaron después de una mala noticia. Natalia Rodríguez, firma candidata al podio en 1.500, renunció sólo una hora antes, víctima de la microrrotura en el sóleo derecho que sufrió el viernes al ganar su serie.

Pero en el Scandinavium estaba Macías. Quinta hace dos años en París, la aragonesa llegaba con la moral a tope después de ganar su serie el viernes.

Abeba Aregawi, sueca de origen etíope, se fue por delante desde la salida. Nadie se atrevió a seguirla. Por detrás, siete en lucha por dos medallas. Macías se colocó segunda del grupo perseguidor y ahí permaneció en el último giro hasta batir en la última recta a la polaca Katarzyna Broniatowska.

Aregawi se impuso con 4:04.47, seguida de Macías (4:14.19) y de Broniatowska (4:14.30).

En semifinales de 800, los sevillanos Kevin López y Luis Alberto Marco se ganaron el puesto en la final del domingo, mientras que el debutante Francisco Roldán se quedaba a las puertas. Para pasar había que estar entre los tres primeros, ya que no había repesca.

Kevin López, uno de los cuatro medallistas españoles en la edición anterior del torneo -bronce en París 2011- tomó la cuerda al entrar en calle libre, pasó delante los 200 en 26.19, los 400 en 54.32, los 600 en 1:22.35 y ganó con gran autoridad la primera semifinal con 1:48.56, por delante del bielorruso Anis Ananenka y del defensor del título, el polaco Adam Kszczot.

"Hoy sí les he llevado a mi terreno, como mejor sé correr. Mañana, mi segunda final europea indoor", comentó Kevin.

En la segunda serie, Marco -plata en Turín 2009- y el debutante Francisco Roldán corrieron distinta suerte.

Marcó siguió la misma táctica que su paisano: ponerse al frente desde la salida. Pasó los 400 en 54.71 y en la recta final cedió dos posiciones, pero se había ganado el puesto en la final. Tercero con 1:49.96. Roldán se quedó a las puertas, cuarto con 1:50.27.

El único representante gallego en la cita, el saltador de longitud Jean Marie Okutu, no pudo clasificarse para la final tras quedarse en 7.65 en la calificación celebrada ayer por la mañana. Esta era la primera ocasión en la que acudía a una gran competición.