El Deportivo puso fin ante el Rayo Vallecano a la peor serie de derrotas de su historia (seis seguidas) con un empate que no le sirve en su batalla por la permanencia. El Rayo, en cambio, dio un paso más hacia el sueño de estar en Europa la próxima temporada e incluso pudo llevarse los tres puntos en los instantes finales, en los que los deportivistas se quedaron con diez por expulsión de Marchena.

El equipo madrileño fue fiel a sí mismo, con Lass como principal novedad en el once de Riazor, donde se encontró con todas las facilidades que le dio el Deportivo. Le faltó intensidad al equipo de Fernando Vázquez, lejos de las sensaciones positivas que había dejado ante el Real Madrid, tal vez atenazado por lo mucho que se jugaba.

Gálvez fue el primero en encontrarle las cosquillas al colista a los doce minutos con un pase de altura que encontró el acompañamiento de Lass, el más peligroso del Rayo, que se quedó solo ante Dani Aranzubia y cruzó demasiado el balón.

Algo parecido le pasó a Riki, que, antes de abandonar el césped por lesión, le robó el esférico a Amat tras un pase de Valerón y lo picó por encima de Rubén, pero no encontró portería.

Fue un espejismo. El Deportivo no parecía jugarse la vida y, víctima de su baja intensidad, le regaló opciones al Rayo Vallecano para adelantarse en el marcador con un disparo de Trashorras que despejó Aranzubia, otro de Lass al poste y un remate de cabeza del guineano que atajó el portero sobre la línea.

Sin Riki, máximo goleador del equipo coruñés, Fernando Vázquez apostó por situar en la banda a Diogo Salomao y adelantar a Pizzi, pero los blanquiazules apenas inquietaron a Rubén (solo un disparo de Bruno le puso a prueba).