Kaká admitió ayer lo duro que ha sido para él pasar de ser un futbolista de referencia a suplente habitual del Madrid, pero aseguró que "nadie" le ha "hecho sentir un jugador acabado" en sus momentos más bajos. En plena resurrección, Kaká habló en la víspera del clásico liguero ante el Barcelona -para el que se perfila titular-, en una comparecencia en la que mostró una vez más su modestia, hizo autocrítica y miró con esperanza a un futuro en el que desea seguir ligado al Real Madrid por los dos años de contrato que le restan.