Gerard Piqué fue objeto en 2010 de una investigación por parte de la agencia de detectives Método 3, a instancias de Pep Guardiola, según ElConfidencial.com. El defensa internacional había iniciado entonces su relación con la cantante Shakira, su actual pareja y madre de su hijo Milan, y desde el club existía la inquietud de que el jugador dejase atrás las normas internas del club azulgrana y descuidase su vida extradeportiva.

Según el citado diario digital, fue el extécnico azulgrana, de acuerdo con Manel Estiarte, quien insistió en la necesidad de hacer un seguimiento a los jugadores más jóvenes del equipo, cosa que comunicó al entonces director de seguridad del Barça y hoy director general de Servicios Penitenciarios, Xavier Martorell, que recurrió a Método 3. Esta empresa de detectives saltó a la fama recientemente por realizar escuchas de políticos catalanes como un hijo de Jordi Pujol. Gran parte de la personalidad de la compañía recae en la figura de su director, Francisco Marco, y en el pasado, y con menor proyección pública, su madre, Marita Fernández, una gallega de Costa da Morte.

El Barça habría ordenado espiar a Piqué en 2010 y también en 2008. Los documentos citaban los locales que frecuentaba el jugador, sus horas de entrada y salida de su domicilio y el número de copas que se tomaba. Otros jugadores sobre los que se habrían pedido informes serían Deco, Eto'o y Ronaldinho, de los que el club fue prescindiendo a medida que Guardiola se iba haciendo más fuerte en el club.

La obsesión de Pep Guardiola por controlar que sus jugadores se concentrasen de la mejor manera posible en rendir al máximo le llevó a recurrir a la conocida agencia de detectives.

Dicha información ya fue recogida por la revista Interviú hace tres años y se detalló que el Barça pagó 5.000 euros por el trabajo de seguimiento a Piqué. "Durante el tiempo que Pep estuvo al frente del primer equipo entabló una fluida y cordial relación con Martorell, que ejecutaba la voluntad de Guardiola de estar informado en todo momento", añade la información.

"Guardiola llegó incluso a telefonear a casa de algunos de sus estrellas para saber si, efectivamente, se encontraban en el domicilio y no trasnochando en algún bar de copas, según confirmaron a 'El Confidencial' fuentes cercanas a los jugadores. Pero ese control casi artesanal no era suficiente, de ahí que pidiese informes sobre los jóvenes.

Ayer, Mourinho fue preguntado por este asunto. El luso fue escueto en la respuesta: "Soy entrenador de fútbol, nada más".