De Muhammad Ali se recuerda sobre todo que flotaba como una mariposa sobre el cuadrilátero. Sin embargo, si reinó entre los pesados, también fue por picar como una abeja. De lo contrario se hubiera convertido en una bailarina desmadejada al primer sopapo, en un fuego artificial. El Celta flota como una mariposa y pica como una mariposa. Le estallan las costuras de buenas intenciones. Es un equipo limpio, sano, trabajador, honrado. Un buen yerno futbolístico. La ausencia de maldad lo condena a la angustia clasificatoria.

la paradoja de augusto

Es seguramente Augusto Fernández el jugador en el que se encarnan virtudes y defectos. El argentino no le coge el ritmo al fútbol europeo. Levita dulcemente por la cancha, liviano como la brisa. Sin embargo, es suyo el gol. Quizás las mariposas puedan aprender a picar.

baile táctico

El Celta padece personalidad esquizoide. Se le disocia el equipo sólido de Balaídos del frágil en los desplazamientos. Herrera no acaba de encontrar la tecla y marea con la pizarra. Ayer flanqueó a Oubiña con otros dos pivotes. Reforzó la medular y sin embargo, careció de control. Sin Park ni Bermejo, al conjunto le falta el juego directo que le alivia cuando el adversario presiona. También el Celta probó a buscar al Málaga pero de forma discontinua, con Insa revoloteando como una mosca solitaria, sin el adecuado acompañamiento. Al equipo le falta muchas veces reposo, ese instante de pausa que proporciona sentido a todo lo que gira velozmente.

con fe, pese a todo

Toca sufrir. Ya se sabe. Y lo confirma De Lucas cuando indulta al Málaga. Incluso a los veteranos les flaquea el oficio. Con todo, cabe tener esperanza. Porque Jonny revienta el capullo antes de tiempo por la lesión de Hugo y se sostiene. Mariposas celestes con carácter.