El Rápido de Bouzas se presentó en Pasarón con una imagen diferente a la que conocía el Pontevedra de aquella victoria en la jornada inaugural. Ambos inician la segunda vuelta con aspiraciones de estar en el play off de ascenso, una competencia que se notó desde el principio con gran intensidad, reparto de ocasiones y también alguna jugada polémica. Sobre todo la que significó el gol de los granates.

En una de las llegadas que se producían en el área de Roberto, el árbitro vio un empujón de de Marcos sobre Richi y no dudo en señalar penalti. Santi Domínguez fue el encargado de materializar el gol sin complicaciones, con un disparo al centro que despistó al portero visitante. Los de Milo Abelleira se ponían por delante en el minuto 26 ante un rival que comenzó a enrabietarse al verse por detrás sin merecerlo demasiado. Juan Carlos Andrés también exhibió su malestar por la pena máxima y se fue a los vestuario expulsado poco después del tanto.

La rigurosa decisión del colegiado decantaba el encuentro cuando, hastas ese momento, la lucha en el centro del campo era la tónica general. A partir de ahí el conjunto vigués empezó a mostrarse con más peligro y por momentos llevó la iniciativa del enfrentamiento. Sobre todo en el último tramo de esta mitad, justo antes del descanso. Yahvé tuvo la clave del gol que habría significado el empate, con una jugada personal en la contra de un córner botado por el Pontevedra y con la que llegó a la línea de fondo para retrasar el balón al punto de penalti. Sus compañeros no fueron tan rápido y no había nadie para rematar la peligrosa jugada.

Los visitantes siguieron con su mejoría tras la reanudación, y empezaron a casuar problemas a Lloves. No se creían la desventaja en el marcador con lo poco que había hecho el adversario hasta entonces y pusieron la directa hacia la igualada.Jacobo y Yahvé pusieron en aprietos la portería de Lloves. Fue justo cuando más dificultades planteaba los de Bouzas cuando el Pontevedra sentenció.