El Sevilla borró al Betis en la primera mitad, en la que ganaba ya a los quince segundos, y ello le bastó para golear en un derbi que duró vivo solo el período inicial, en el que los locales basaron la goleada y lograron cuatro tantos.

En la segunda parte, los béticos, pese a jugar muchos minutos en inferioridad por la expulsión de Rubén Pérez, dominaron siempre pero con una cuesta ya muy difícil de superar ante un rival que lo había dicho todo.

Mazazo fuerte para los verdiblancos cuando muchos espectadores aún no se habían sentado. Sacó el Betis, el balón llegó a su portero, el canterano Adrián San Miguel, y cuando éste lo quiso jugar con un compañero lo interceptó José Antonio Reyes, quien lo fusiló cuando el reloj marcaba el segundo quince.

Los de José Miguel González "Míchel" salieron como un león herido, a morder por allí donde se encontraba la pelota sin que los de Pepe Mel le cogiera la onda al choque ante el ímpetu de los del barrio de Nervión.

Así, a los cinco minutos, una falta del internacional Beñat Etxebarría sobre Iván Rakitic la botó el propio centrocampista croata para que el gigante argentino Federico Fazio, incorporado al ataque, conectara de cabeza al fondo de la portería visitante. El partido ya estaba resuelto.