La Segunda División puede tener un representante gallego la próxima temporada. El Lugo repite el camino del pasado curso. Hace doce meses se quedó a las puertas. Desperdició dos oportunidades para acceder a la categoría de plata. Era el favorito. Ahora, tras un duro año encuadrado en el grupo de la muerte, vuelve a estar a las puertas. Queda un paso. El definitivo. También el más difícil. El último escollo para que el equipo de Quique Setién alcance el éxito será un histórico, el Cádiz.

El camino del Lugo hacia la eliminatoria ante el cuadro andaluz no ha sido fácil. Culminó la temporada regular como subcampeón. Sobrevivió en un grupo en el que Oviedo, Albacete y Tenerife eran serios candidatos al ascenso. También el Real Madrid Castilla, coronado como el campeón de Segunda B. En el play-off dejó en el camino al sólido Eibar y esta mañana hizo lo propio con un Atlético Baleares cuyo proyecto para desembarcar en la categoría de plata lideraban el excéltico Perera y Antoñito.

Los rojiblancos hicieron valer la ventaja lograda en el Anxo Carro (3-1) para acceder a la fase definitiva. En el choque en Baleares tocó sufrir. Diego Rivas se erigió en el gran protagonista. Tanto el meta como su defensa fueron claves para dejar la portería a cero. El empate sin goles daba el pase a los discípulos de Quique Setién, que ya sueñan con encontrar en ese ascenso el premio al buen fútbol que llevan practicando en las últimas temporadas.

Ahora queda el paso final. Enfrente estará el Cádiz, otro equipo construido para estar en la categoría de plata del fútbol español. En el conjunto andaluz milita un excéltico. Ikechi Anya, que jugó la pasada campaña en el Celta B, es una de las piezas básicas del cuadro gaditano.