Vigo parece no despertar de su sueño. El Celta es ya de primera después de cinco años pero los aficionados del equipo celeste no quieren despertar. Si ayer por la noche Balaídos, ya durante el partido, y Praza América por la noche se convertían en el epicentro de las celebraciones, hoy la afición ha vuelto a responder y ha recibido a la caravana celeste como héroes de guerra.

Hacia las seis y cuarto de la tarde, la plantilla celeste se subía al autobús que los llevaría por media ciudad para ofrecerle a la ciudad el ascenso a Primera División que los de Herrera lograban ayer ante el Córdoba después de un partido intrascendente en el que terminaron empatando a ceros y sumando el tan ansiado punto necesario para el Celta.

Después de una hora de viaje, y dos paradas obligatorias en Citroën y la cervecería Estrella Galcia, los jugadores del equipo han rematado la travesía que los ha llevado por las calles del centro en Praza do Rei, donde representantes de la corporación municipal los han recibido en un balcón desde el que se han dirigido a la afición presente.

Ha vuelto a sonar la Rianxeira y todos los cánticos que durante la celebración de anoche entonaron los seguidores del equipo celeste. Cuarenta minutos de discursos, fiestas y alegrías que a muchos ha servido de clave para enterarse de que no estaban dormidos. El Celta ya es de Primera.