Clausura protocolaria de la campaña. Acto ritual, que le vale al Octavio para decorar de forma adecuada su exitosa permanencia. Los académicos se regalaron a si mismos la primera victoria de la segunda vuelta. Un colofón de justicia.

El Puerto Sagunto contribuyó a entretener la fiesta. El cuadro levantino, aunque descendido desde hace varias jornadas, ha sabido conservar la dignidad. Opuso la resistencia necesaria para mitigar la apariencia de pachanga veraniega. Se les fue la mano a los árbitros. Irritaron al banquillo visitante con algunas decisiones caseras. Decretaron siete exclusiones en un partido de escasa tensión defensiva. Aunque también se les puede agradecer esa cuota de polémica.

Quique Domínguez repartió presentes entre sus discípulos (Jabato y Macías, lesionados, causaron baja). Derrochó minutos con Barbón y Lloria, refuerzos invernales de nulo empleo. Ambos respondieron con orgullo. El juvenil Carró hizo deberes en defensa y hasta estrenó su casillero goleador desde los siete metros. Dasilva y especialmente Fran González ofrecieron muestras de su sabiduría. El Octavio, liberado de tensión, recuperó su circulación veloz, que alargó hasta los extremos. Las contras contribuyeron al 18-10 de la primera mitad.

El Puerto Sagunto resistió la tentación de dejarse llevar. Firmó un parcial de 0-3 en inferioridad numérica tras el descanso. Su entrenador varió el sistema defensivo, empantanando en alguna fase la producción ofensiva de los vigueses, que siempre mantuvieron su renta en al menos cuatro goles. Suficientes para aguardar con paciencia el final y celebrarlo con un baile en corrillo. Lo que se merece su plaza en la Liga Asobal.

El Barça confirma el título, octavo de la "era Pasqui"

El Barcelona ha logrado, al vencer al Torrevieja en el Palau Blaugrana por 38-28, su undécimo título de la Liga Asobal, decimonoveno de la máxima categoría y que le consolida como el equipo más laureado del balonmano español. El Atlético, consciente de la imposibilidad de un tropiezo azulgrana, cedió un empate en casa con el Ademar (25-25). Es además el octavo título que conquista Pasqui, exportero de Octavio, Chapela y Teucro, desde que ocupa el banquillo catalán.