El ADN del Celta ha cambiado de una década a otra. La apuesta de la cantera es la seña de identidad del club que preside Carlos Mouriño. La crisis económica ha obligado a mantener la fe por los valores de casa. Quizás sea uno de los pocos aspectos positivos de la recesión. El conjunto vigués ha pasado de tener a solo un canterano a estar plagado de productos gestados en la factoría de A Madroa.

El número de extranjeros ha ido descendiendo paulatinamente desde que el equipo cayó a Segunda División. Esta temporada la nómina se redujo a dos (Papadopoulos y Orellana). El delantero heleno se marchó cedido en el mercado invernal, por lo que el chileno se convirtió en el único foráneo de la plantilla.

El Celta presume de cantera. El crecimiento de esos jóvenes valores ha dado sus frutos con la llegada de Paco Herrera. Eusebio dio la alternativa. Marcó el camino. Con el técnico extremeño tocó recorrer esa senda hacia la élite del fútbol español. El celtismo está presente en la plantilla del conjunto vigués. Esta temporada incluso se ha podido ver a nueve canteranos sobre el terreno de juego. Un dato que muestra el buen trabajo de base.

Los referentes del mejor Celta de la historia en Segunda también son gente de la casa. Iago Aspas es el "pichichi" nacional de la categoría con 22 dianas. Los inquilinos de la portería celeste, Sergio y Yoel, también se formaron en A Madroa. La retaguardia está compuesta por canteranos (Hugo Mallo, Túñez y Roberto Lago). La sala de máquinas también tiene el ADN de A Madroa. Oubiña representa la anterior generación, la que tenía más difícil disponer de oportunidades, mientras que Álex López es uno de los productos más deseados de esta exitosa cosecha.

En ataque Iago Aspas no está solo. Uno de sus socios, además de Orellana o Mario Bermejo, es Toni. El coruñés desplazó a todo un peso pesado de la plantilla como De Lucas de la titularidad. Su buen momento de forma y su condición de revulsivo han sido fundamentales para que el Celta acabara certificando el ascenso.

La cosecha no para aquí. A Madroa cuenta con otros productos destacados, que aspiran a tener más minutos en un futuro. Jonathan Vila es el sustituto natural de Oier Sanjurjo. Otros valores con proyección son Jota, Johny, Madinda o el guardameta Rubén Blanco. La cantera celeste ya saborea las mieles del éxito en el presente. Lo mejor de todo es que el futuro también le pertenece.