El 18 de marzo, en Auckland, comenzaba la "etapa reina" de la Volvo Ocean Race con dirección a Itajaí (Brasil) a través del Pacífico, doblando Cabo de Hornos y ascendiendo a través del Atlántico, llegando al estado de Santa Catarina al segundo puerto más importante de Brasil, Itajaí.

Ya el primer día el barco emiratí, "Abu Dhabi", sufrió una rotura de un mamparo que le obligó a volver a Auckland. Con cinco barcos en liza y con el "Telefónica" como líder de la etapa, la lucha se centraba en buscar la primera borrasca que les lanzase a "galopar" hacia Cabo de Hornos, pero como reconocía Iker Martínez, patrón del "Telefónica", el role y la presión entró antes por el Norte, perdiendo ahí unas valiosas 70 millas que le obligaron a exprimir el barco para dar caza a la cabeza de la regata.

Al día siguiente el ritmo marcado por los españoles fue realmente rápido, con 12 horas seguidas por encima de los 24 nudos de media, pero en la caída desde la cresta de una ola se dañó la proa. Sin bajar la velocidad el "Telefónica" llegó a situarse en segundo mientras Pepe Ribes intentaba minimizar los daños para poder seguir navegando. Pero los primeros refuerzos no aguantaron y la zona dañada continuaba deslaminada. Días antes el chino "Sanya" rompía uno de sus timones y se veía obligado a retornar a Nueva Zelanda mientras barco kiwi, "Camper", se veía obligado a irse a un puerto en Chile por la rotura de los dos longitudinales de proa y el mamparo de proa. Al día siguiente, "Abu Dhabi" volvía sufrir una rotura y se dirigía también a Chile.

"Groupama", "Puma" y "Telefónica seguían rumbo a Cabo de Hornos. Un día antes de llegar al final del Pacífico, Iker Martínez anunciaba la intención de realizar una parada técnica para realizar una operación de reparación que quedará en los anales de la historia de la vuelta al mundo por su espectacular logística y lugar de reparación, en pleno Cabo de Hornos, en caleta Martial (Chile). Un total de nueve personas del equipo de tierra fueron reclutados en Buenos Aires para ir a Ushuaia (la ciudad más austral del mundo) para, con 300 kilos de material, enrolarse en un barco de aceros de 50 pies para ir navegando hasta Cabo de Hornos. "El equipo de tierra tuvo una idea buenísima. Conocían una persona cerca de Cabo de Hornos, vinieron a buscarnos en un barco, nos ayudaron a reparar… Fue toda una aventura. Estas cosas son lo que hacen que esta regata sea tan atractiva", declaraba el mallorquín Jordi Calafat.

Tras 17 horas de reparación el "Telefónica" estaba listo para regresar a la regata e intentar dar caza a "Groupama" y "Puma", y con un tripulante menos, ya que "Ñeti" Cuervas-Mons tuvo que abandonar el barco por una lesión en la espalda.

Los españoles conseguían recortar la distancia 40 millas cuando "Groupama" rompía el palo a 50 millas de Punta del Este (Uruguay), por lo que la lucha final sería un match-race entre americanos y españoles. El "Telefónica" continuó apretando el barco al 110% y cuando tenía casi cazado al "Puma" un "Pampero" (un frente frío que se forma en la Antártida y atraviesa la Pampa argentina) golpeó en plena noche con un viento de proa de más de 50 nudos al barco español, obligándole a ponerse de popa para salvaguardar el material y la tripulación.

La transición de viento final pe0rmitió al "Puma" defenderse de los ataques de los españoles y entrar como vencedores de la etapa por 12 minutos de ventaja, mientras que desde el "Telefónica" consideraban este segundo puesto como una gran victoria.