El Racing de Ferrol se jugaba la permanencia en Segunda División en la temporada 2007-2008 en la última jornada de Liga. Su descenso dependía también de los puntos que pudiese sacar el Alavés de su visita a Balaídos. El conjunto vasco ganó en Vigo (2-3) y ese resultado propició que el equipo ferrolano perdiese la categoría de plata.

Este episodio, denunciado públicamente en su momento, aunque basándose únicamente en sospechas, ha vuelto a desempolvarlo esta semana el presidente del Racing de Ferrol, Isidro Silveira. Durante una entrevista concedida al programa regional de deportes de la Cope, el dirigente racinguista fue más allá en sus acusaciones contra el club vigués y cifró en 600.000 euros el supuesto soborno del Alavés para que el Celta le dejase ganar en Vigo y poder mantenerse en Segunda.

Desde entonces, el conjunto departamental no ha levantado cabeza, y ahora se encuentra en una situación deportiva muy delicada, ya que después de su descenso a Tercera División ha sido incapaz de frenar su caída y ocupa posiciones que podrían llevarle a la Regional Preferente el próximo curso.

En su intervención, Silveira apuntó que en el supuesto soborno estuvieron involucrados "algunos jugadores" de aquella plantilla del Celta y que barajó la posibilidad de presentar una denuncia. Las acciones legales las descartó finalmente, añadió el presidente del Racing, porque así se lo solicitó el conjunto vigués, que al año siguiente tuvo que jugarse la permanencia ante el mismo rival, el Alavés.